Mujeres, una mirada al Evangelio

(Juan Rubio-Director de Vida Nueva 

Hablamos hoy de las mujeres. Su presencia en la Iglesia es asignatura pendiente. No se trata de hacer leyes de paridad como en la vida política, que manipula a la mujer al servicio de la estadística. Son asignaturas más troncales y se aprueban contemplando el Evangelio y la historia de la salvación, en donde la mujer tiene un claro protagonismo con hondas raíces bíblicas y teológicas, de las que debiéramos tomar buena nota. Pervive la cosificación y el servilismo en muchos grupos eclesiales, y bien viene recordar la amonestación de la religiosa mexicana Sor Juana Inés de la Cruz: “Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las queréis”. ¿ Cómo estamos haciéndolas ? Cuando hablamos de las mujeres vemos a Teresa de Jesús, Catalina de Siena y otras grandes en la historia. Valor no les faltó para embelesar a clérigos y comendadores con su sabiduría y consejos, su temple y bien hacer. Supieron estar en su sitio y con dignidad. Juan Pablo II ha honrado a la mujer con una encíclica y Benedicto XVI habla de ellas con frecuencia. Pese al magisterio abundante, queda mucho por recorrer en justicia más que en paridad. Pocas mujeres en los cien primeros puestos del gobierno vaticano . Abundan en hospitales y orfelinatos;en las misiones y asilos; en los templos y sacristías, siempre junto a la pobreza y en la sencillez callada de los hogares.  Son muchas en las aulas y pocas en la tarea teológica. La Iglesia, abanderada de la fraternidad, debe ponerlas como valor en sí más que como paridad de moda. En una cultura hostil para con la mujer, el Evangelio fue revolucionario. Veinte siglos después hay que abrirles las puertas a la plena, y no parcial, comunión eclesial.

 

Publicado en el nº 2.604 de Vida Nueva (Del 8 al 14 de marzo de 2008).

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