Más laicismo

+ FERNANDO SEBASTIÁN | Arzobispo emérito

“El proyecto de “transformar” la sociedad, que nos anunciaba Rodríguez Zapatero, y en el que continúa Rubalcaba, incluye el plan de eliminar el catolicismo de la vida española, o por lo menos, silenciarlo y marginarlo…”.

Resulta sorprendente, casi grotesco, que el señor Rubalcaba, en represalia por las políticas del PP, nos amenace con revisar los Acuerdos con la Santa Sede. ¿De verdad cree el Secretario del PSOE que el PP y la Iglesia van a la una? Eso significaría que no conoce ni a la Iglesia ni al PP. ¡Y nos dicen a los Obispos que no estamos al tanto de las cosas!

Tendremos que recordar que, después del Concilio, la Iglesia española renunció a su estatuto jurídico y colaboró en la reconciliación de los españoles y a la implantación de la democracia. Desde entonces, se ha mantenido fiel al modelo conciliar, “Iglesia libre en un Estado libre”.

Hemos intervenido en los asuntos públicos cuando nos ha parecido necesario, reclamando el respeto a la moral humana y racional, sin identificarnos con ningún partido y sin intentar imponer a nadie nuestras ideas ni nuestros criterios. El cristianismo sí es libertad.

Los católicos ya sabemos lo que nos espera cuando vuelva a ganar el PSOE. Pero aguantaremos. Las dificultades no nos vienen mal. Cuando hay dificultades somos más fuertes. Nos basta con que el PSOE, las izquierdas en general, se comprometan a cumplir sinceramente los artículos 16 y 27 de la Constitución.

Los tiempos de crisis invitan a la seriedad y a la verdad. Sería el momento de recuperar el consenso, o mejor, los consensos básicos de la Transición. Uno de ellos fue el de católicos y no católicos para vivir en respeto y libertad. Aquellos propósitos quedaron reflejados en la Constitución.

El proyecto de “transformar” la sociedad, que nos anunciaba Rodríguez Zapatero, y en el que continúa Rubalcaba, incluye el plan de eliminar el catolicismo de la vida española, o por lo menos, silenciarlo y marginarlo. Ese es un propósito excluyente y totalitario al que hay que renunciar. Hagamos todos un esfuerzo para recuperar los caminos de la convivencia en paz.

En el nº 2.789 de Vida Nueva.

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