Los ojos de Lolo ven a Dios

(Ignacio Segura Madico– Vicepresidente de la Asociación de Ciegos Católicos de España) Lolo, el Bartimeo del siglo XX, nos lleva hacia Dios por medio de sus escritos y su vida. Las enfermedades que producían en Manuel Lozano Garrido unas discapacidades muy importantes, él las convertía en ofrenda a Dios, en un canto de alabanza y oración perpetua.

En sus últimos años también le falló la vista. Pero Lolo, persona que superaba sus limitaciones, hizo de esta oscuridad un lugar de oración y entrega a Dios. Su oscuridad le hizo percibir sentidos y emociones que antes tanta luz le había impedido y que, en ocasiones, las personas que gozan del don de la vista dejan pasar sin percibir lo que ven. Lolo aprendió a ver a Dios por medio de los demás, utilizó no sólo los ojos de amigos y conocidos, sino que supo, al igual que Jesús, ver en las personas la obra de Dios y, por ellas, vivir en perpetua comunión con la obra de Dios.

El 12 de junio, su localidad natal de Linares va a ser testigo de su beatificación, por la cual la Iglesia nos invita a ver en Lolo un ejemplo a seguir y unas virtudes, las cuales debemos de intentar adquirir.

Los ciegos y deficientes visuales debemos ver en Lolo al hombre actual que por sí, y gracias a la ayuda de Dios, superaba sus limitaciones haciendo de las mismas una oración de entrega a Dios y un sacrificio de entrega a los demás.

Lolo ha sido en el siglo XX, al igual que Jesús, una persona que por medio de su vida y testimonio nos ha abierto los ojos de la fe, a pesar de tener cerrados nuestros ojos físicos.

En el nº 2.700 de Vida Nueva.

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