Los obispos y la libertad de expresión

JOSEP MIQUEL BAUSSET. MONJE DE MONTSERRAT | La Iglesia tiene como misión esencencial el anuncio del Evangelio, que es siempre Buena Noticia, mensaje de liberación y de verdad.

De manera especial, los obispos de América Latina, fieles al Evangelio y comprometidos con la sociedad a la que sirven, son defensores de la libertad de expresión y de los derechos humanos.

A principios de febrero, Silvio José Báez Ortega, obispo auxiliar de Managua, levantaba su voz para denunciar un proyecto de ley del Gobierno nicaragüense que pretendía limitar los medios de comunicación y que, con la censura, amenazaba la libertad de expresión. El obispo Báez afirmaba que solo los regímenes totalitarios son los que limitan la información, para desinformar a la población, a diferencia de las democracias, donde este derecho es uno de sus pilares fundamentales.

Con valentía y libertad evangélica, exhortaba a los nicaragüenses a leer periódicos, a escuchar la radio, a ver televisión e Internet y a informarse como un deber cristiano. “El periodismo –decía el obispo Silvio– ha de formar conciencia, y la investigación cumple una función social de denuncia de la corrupción y de la inmoralidad que atenta contra la sociedad. Esta misión es función del periodismo”.

Como cristiano valenciano, me gustaría que los obispos de las diócesis valencianas también denunciaran, con la valentía de los obispos latinoamericanos, el abuso de poder de la Generalitat Valenciana, que ha obligado a clausurar los repetidores de TV3. Las reiteradas multas (800.000 euros) a Acció Cultural del País Valencià, con la intención de ahogar económicamente a esta entidad que está al servicio de la cultura de los valencianos, es un hecho gravísimo, ya que significa el empobrecimiento de la pluralidad informativa y la erosión de las libertades.

Ha sido la Generalitat Valenciana la que ha modificado la Ley del Audiovisual Valenciano, con el único propósito de clausurar los repetidores de TV3, una televisión que informa con imparcialidad, y no como Canal 9, que calla o maquilla la imputación y el cohecho de los políticos del PP. Sin embargo, no actúan de la misma manera con otras televisiones ilegales.

Ante esta persecución informativa, ¿ningún obispo protestará por esta agresión a la libertad de expresión?

Pueden enviar sus cartas con sugerencias o comentarios a: director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.749 de Vida Nueva

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