Libros, caminos y días, dan al hombre sabiduría

personas paseando en la Feria del Libro de Madrid

personas paseando en la Feria del Libro de Madrid

JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | El Paseo de Coches, en el madrileño Parque del Retiro, vuelve a acoger la Feria del Libro. Hace unos días terminaba otra Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, en el Paseo de Recoletos. Me agrada más esta última, amasijo de textos sugerentes, algunos condenados al olvido.

Me permito aconsejar a los editores que, aunque las Cincuenta sombras de Grey abulten sus cuentas de resultados, tienen la obligación moral de ofrecer también al lector textos que les agranden el alma. El noble oficio de editor, de tanta y tan excelente tradición, no puede ofender al lector que, sentado en su butaca, rasga lejanías con un libro en la mano, sintiendo la emoción de la verdad de las mentiras, servida en buen formato.

Cuando reflexiono sobre la crisis del mundo editorial, tan a la deriva según encuestas, me inclino a pensar más en la responsabilidad del editor que en el hábito del lector. Y les invito a buscar sabuesos que husmeen en las librerías de viejo esas obras que conservan una excelencia brutal, que necesitan ser traducidas y servidas como manjar.

Algunas editoriales ya lo están haciendo con sudor y esfuerzo. No puedo entender la dificultad de encontrar en España hoy a François Mauriac. Solo encontré algo en librerías de viejo y en una librería italiana junto a obras clásicas importantes y a bajo precio. Afinar y no desesperar es mi consejo. Y me importa un bledo si el libro es digital o de papel. ¡Lo importante es leer y no decir que has leído El gran Gatsby porque viste la pésima película que recrea la obra del gigante Scott Fitzgerald!

Disfrutemos de los libros.
Sea en las grandes librerías, que tan
aviesamente engañan a los gustos lectores,
como en las pequeñas, en donde hay
libreros que te aconsejan.

Disfrutemos de los libros. Sea en las grandes librerías, que tan aviesamente engañan a los gustos lectores, como en las pequeñas, en donde hay libreros que te aconsejan. Tengo tres libreros de cabecera y puedo decir, sin que me duelan prendas, que saben más del gusto lector que un centenar de asesores editoriales.

Días de libros, pues. Lo dice el proverbio árabe: “Libros, caminos y días, dan al hombre sabiduría”. Pues aquí tenemos libros, unos mejores que otros, algunos con mayor suerte, gracias a las bocanadas del márketing. Ahí tenemos días de sol para contemplarlos y solazarse en ellos. Y tenemos caminos, porque cada libro es un camino abierto para adentrarse en la espesura del alma de quien lo escribe o del momento que te recrea y enamora. Libros, caminos y días. ¡Sabiduría! La oferta es tentadora.

Os propongo, cuando vayáis a la Feria, haceos esta pregunta de André Gide: “Ante ciertos libros, uno se pregunta quién los leerá. Y ante ciertas personas, también hay que preguntarse qué leerán. Al final, libros y personas se encuentran”.

Y quiero regalaros, para terminar, un pensamiento que le leí a Mauriac: “La lectura de un buen libro es un diálogo incesante en el que el libro habla y el alma contesta”. No hay que temer abrir apetitos con los viejos platos. Ellos despertarán el hábito lector.

director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.850 de Vida Nueva.

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