Las mujeres, expertas en familia

Maria Giovanna Ruggieri, presidenta general de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas

Maria Giovanna Ruggieri, presidenta general de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas CatólicasMARIA GIOVANNA RUGGIERI | Presidenta general de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC)

El último Sínodo de los Obispos sobre la vocación y misión de la familia puso en evidencia la vigorosa voluntad del papa Francisco de conjugar la doctrina y la misericordia. El Santo Padre, reiteradamente, ha estimulado la conversión pastoral que apunta a experimentar la ternura y la bondad del Padre.

Sin lugar a dudas, el Sínodo ha sido un buen ejemplo de conducción. Quizás, las discusiones y expectativas sobre algunas problemáticas particulares han desviado la atención respecto del método de trabajo, basado en la escucha y el respeto de la diversidad de aportes. La focalización de las discusiones y la rigidez de algunos esquemas, que poco tienen que ver con un método de escucha sincera y respetuosa del otro, tal vez, hayan obstaculizado a los laicos presentes, y, sobre todo, a las mujeres auditoras el poder dar su contribución fruto de su experiencia de vida.

Para lograr un mayor protagonismo por parte de los laicos, se necesita retomar el concepto de Iglesia Pueblo de Dios expresado en la constitución Lumen gentium del Concilio Vaticano II. El papa Francisco está insistiendo en que esta visión de Iglesia levante el vuelo, y para esto se requiere la contribución de todos y, en especial, de laicos formados que asuman el propio rol de servicio a la comunión. La idea de “sinodalidad”, que el Santo Padre ha retomado durante el Sínodo, tiene que implementarse en todos los niveles de la Iglesia universal; la participación de los laicos en el pensamiento de la Iglesia debe ser alentada, y mucho más en el tema familia, pues esas mujeres y esos hombres son quienes construyen día a día sus familias en medio de tantas dificultades.

Si la familia es el “lugar donde se aprende a convivir en la diferencia” (EG 66), sus miembros son los primeros expertos; capaces de relaciones, de acogida recíproca, de comunicación y competentes en afrontar problemas, incomprensiones y fatigas de la vida cotidiana. La invitación del papa Francisco a que partamos de las periferias existenciales, con este Sínodo compromete aún más a los laicos, que son quienes ejercen su protagonismo en las familias que, en tantas ocasiones, afrontan vicisitudes que las ubican concretamente en esas periferias.

Las mujeres de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) se sienten llamadas en primera persona a responder a esa exhortación para salir de la autorreferencialidad y caminar al lado de los pobres y sufrientes como sembradoras de esperanza.

En el nº 2.963 de Vida Nueva.

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