Más de dos décadas después de su inicio en Valladolid en 1988, la concatedral de San Pedro, en Soria, alberga desde el 12 de mayo la 15ª edición de Las Edades del Hombre. Todo un acontecimiento que ya se se ha convertido en punto de paso imprescindible para los amantes del arte que, impregnados o no de la fe en lo trascendente, saben a ciencia cierta que no se puede comprender el alma humana sin el anhelo del reflejo de Dios en la arquitectura, la escultura o la pintura. Los más de ocho millones de visitantes registrados en el conjunto de las ediciones anteriores, creyentes o no, sí han comprobado -y disfrutado- cómo Dios es la gran musa de la inspiración de los artistas.
En el nº 2.660 de Vida Nueva.
