La telebasura, nociva como la droga

(Gabriel Roselló– Madrid) La telebasura comenzó en Holanda con Gran Hermano. El programa se transmite en la mayoría de los países del mundo. Está claro que el medio televisivo camina hacia el mal gusto, la vulgaridad, la ordinariez y la mediocridad. Todo ello con un solo objetivo: la búsqueda de las audiencias.

Existe una frontera entre lo violento y lo no violento, lo moral y lo inmoral. Ese límite no puede ser traspasado por respeto a los telespectadores. No podemos olvidar que la telebasura es un peligro más arduo que el del terrorismo o la droga.

Se debe diseñar una televisión más abierta, más libre y, sobre todo, realizarla desde la pluralidad y la diversidad, ya que es una ventana abierta al mundo desde las distintas perspectivas que animan sus correspondientes proyectos informativos.

En el nº 2.676 de Vida Nueva.

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