La Plenaria de las novedades

(Joaquín L. Ortega-Sacerdote y escritor) De las decisiones tomadas en el último pleno episcopal se han derivado novedades chocantes e insólitas. Nunca había ocurrido que un antiguo presidente volviera a ocupar la Presidencia. Tampoco había precedentes de desalojo de un presidente con sólo un trienio. No menos sorprendente ha resultado que el presidente se haya convertido en vicepresidente por arte de birlibirloque. ¿Y qué decir de ese “eje” resultante del hecho de que el secretario general de la CEE sea un auxiliar del presidente? ¿O cómo interpretar que el nuevo Comité Ejecutivo arroje el resultado de cuatro cardenales entre sus siete componentes? ¡Nunca el Ejecutivo se había parecido tanto a un Cónclave!

Por otra parte, la proximidad –casi el solapamiento– con las elecciones generales podría haber propiciado ciertas extrapolaciones de lo político a lo pastoral. Esta vez han trascendido detalles de listas y de bloques que parecen haber llevado a la CEE a una radicalización que esperamos sea pasajera. Tampoco ha dejado de llamar la atención esa pirueta diplomática que ha bamboleado al benemérito presidente reinante entre el desaire de la defenestración y el donaire de la “promoción” a la vicepresidencia.

Como la fantasía es libre, algunos dan ya por hecho que la CEE experimentará una madrileñización paulatina. Yo soy de los que creen que pronto las aguas volverán a su cauce y se olvidará el “mal cuerpo” que, según los entendidos, ha dejado una plenaria tan llena de novedades.

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