La inercia de los vetos se mantiene en la precampaña

ANABEL DÍEZ. Corresponsal política de ‘EL PAÍS’

ANABEL DÍEZ. Corresponsal política de El PaísANABEL DÍEZ | Corresponsal política de ‘EL PAÍS’

La inercia de los partidos políticos tras cuatro meses de hablar sin escucharse, pero sobre todo, la de los cuatro, ocho, doce… años anteriores, apunta a una repetición peligrosa de actitudes y modos de ver ‘al otro’. Los vetos siguen siendo los mismos que las fuerzas políticas erigieron desde la noche electoral del pasado 20-D, cuando el electorado compuso un Congreso fuertemente fragmentado. Como ejemplo de la incomunicación quedará la imagen de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, y de Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, esquivándose en la Fiesta del 2 de Mayo de la Comunidad de Madrid. En algunos momentos la distancia entre ambos no fue superior al medio metro, pero consiguieron no saludarse.

No perdamos la esperanza y demos una oportunidad y un poco de tiempo, aunque no hay mucho, para que los líderes políticos se liberen de los prejuicios y aborden las elecciones del 26 de junio con otros planteamientos. Lo tendrán que hacer necesariamente porque el resultado no va a ser muy diferente.

No solo los políticos tienen que cambiar; también la sociedad debe asumir su responsabilidad y comprender que ya nada es lo que fue en el comportamiento político. Si España se encamina a un sistema de partidos con cuatro fuerzas y ninguna alcanza el 28%, hay que olvidarse de gobiernos monocolores o con pequeñas ayudas de otras fuerzas, como ha ocurrido en los últimos 35 años.

La cultura del pacto está por estrenar, y no es acertado invocar la transición democrática en la que se levantó el gran monumento que fue la Constitución de 1978. Se hizo lo más difícil, pero nunca se consideró necesario hacer un gobierno de concentración o sentar en la Moncloa a los representantes de la derecha y de la izquierda. Tampoco creo que vaya a darse la “gran coalición” entre PP y PSOE. ¿Entonces? Habrá que ver si los números permiten la unión de bloques ideológicos (PP y Ciudadanos / PSOE–Podemos–IU), pero algo tendría que moverse el electorado. Por ahora, el 78,48% de los ciudadanos declaran que hubieran votado lo mismo aunque hubieran conocido el resultado del 20-D.

En el nº 2.987 de Vida Nueva

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