JÓVENES E IGLESIA, por Juan Rubio

Los jóvenes españoles han hablado alto y claro. Están desanimados y cansados en una sociedad en la que no ven futuro. Pasan de la política y, sobre todo, de la religión. Habría que escucharles. Más  empatía, menos juicios. Confianza y no sospecha. Son lo que les hemos enseñado; somos responsables. Los obispos, reunidos en Asamblea Plenaria, seguro habrán tomado nota.

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