Ignacio Iglesias: Ansias de vivir

José María Rodríguez Olaizola(José Mª Rodríguez Olaizola– Sociólogo jesuita)

“Hay gente buena en este mundo. Gente que da su vida sin grandes aspavientos. Que, allá donde le toca vivir, sirve. Que ayuda con su palabra, con su consejo, con su inteligencia, con su cariño…”

La semana pasada falleció el P. Ignacio Iglesias. Una gran persona. Un jesuita ejemplar. Un hombre de sobra conocido, al menos en la vida religiosa en España. Amigo y colaborador del Padre Arrupe. Amigo y maestro de muchos de nosotros. Hace ya cuatro años pareció que se apagaba, y sin embargo remontó. Siguió al pie del cañón. Le encontraron una mañana, en su mesa de trabajo. Había muerto la noche anterior, con el bolígrafo en la mano, preparando, infatigable, algo nuevo.

Hay gente buena en este mundo. Gente que da su vida sin grandes aspavientos. Que, allá donde le toca vivir, sirve. Que ayuda con su palabra, con su consejo, con su inteligencia, con su cariño… Que cree en Dios y ama con pasión el mundo y sus posibilidades. Y cuando alguno de ellos se nos va, por más esperada que sea la partida, deja una sensación de pérdida tremenda.

Hace tiempo Ignacio escribía un poema titulado Ansias de vivir. Y entre sus versos, decía, hablando de la vida: Manar, correr, verterme, derramarme, a los pies de mi hermano, de cualquiera, estrellar mi alabastro y dejar que la casa se empape toda del perfume, barato, que te traigo.¿Eso es vivir? Pues eso ansío. El morir a mi muerte, el no acabarme con algo tuyo, por dar, entre mis dedos.

No acabarnos con algo por dar entre los dedos. Es una invitación grande. Vivir apurando la historia. Derramar los días y las fuerzas en buenas dosis de amor y evangelio. Si uno tiene la suerte de encontrarse con gente de esa talla entonces parece que las ansias de vivir así se contagian.

Ignacio, tú ya terminaste esta etapa del camino, amigo. Y con las manos vacías te has ido. Gracias, por tanto, y hasta que volvamos a encontrarnos.

jmolaizola@vidanueva.es

En el nº 2.675 de Vida Nueva.

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