Hacer comprensible el mensaje

(Jesús Sánchez Adalid– Sacerdote y periodista) Aunque lo haré inmediatamente, todavía no he tenido tiempo de leer el último libro de Luis González-Carvajal, Los cristianos en un Estado laico (PPC, 2008) y, por ahora, he de conformarme con la entrevista que publicó recientemente Vida Nueva, en la que el autor respondía con claridad a una serie de preguntas acerca de lo que debe ser la posición de la Iglesia en el conjunto de la sociedad.

Hay frases suyas que me parecen de gran lucidez, especialmente en unos momentos en que reina el desconcierto en un amplio sector de los católicos ante la inminente pérdida de influencia del mensaje cristiano. El teólogo dice con serenidad que los “cristianos tenemos que aportar los elementos que brotan de nuestra tradición, pero procurando traducirlos a un lenguaje racional”.

Es decir, la Iglesia ha de hacerse entender en un mundo que ya no está preparado para recibir determinados discursos. Esa perspectiva no se debe perder en ningún momento: no se debe responder con agresividad en ningún caso. O seguiremos cosechando el rechazo de quienes ya no nos comprenden (tampoco es por culpa suya en buena medida).

¿Cómo hacer accesible el mensaje de la Iglesia a las nuevas culturas y sensibilidades actuales? ¿Cómo penetrar en el espíritu moderno, que se ufana de sus realizaciones pero se despreocupa de su ser? Ya la Gaudium et Spes, teniendo presentes las relaciones de las personas entre sí y con Dios, lo expresó con clarividencia providencial: “Siempre deseará el hombre saber, al menos confusamente, el sentido de su vida, de su acción y de su muerte…”.

Hay, por tanto, una tarea compleja pero esencial: ayudar a discernir en los rasgos de la cultura lo que pueda contribuir a la expresión del mensaje evangélico y a la edificación del Reino de Dios. Y, así, el anuncio de Jesucristo a los contemporáneos que no se adhieren a él tendrá más posibilidades de llevarse a cabo en un diálogo auténtico.

Compartir