Guardia suiza

dolores-aleixandre(Dolores Aleixandre, rscj) La esperada noticia ha saltado a la prensa: las mujeres podremos ser Guardias Suizas. Y, a pesar del “quizá” que la acompaña y matiza, la audacia de esta ruptura con una tradición secular ha conmocionado a la opinión pública.

Tengo una amiga que, desde niña, lo tenía clarísimo, y cuando le preguntaban qué iba a ser de mayor, contestaba sin dudarlo: “Guardia Suiza”, y nadie conseguía que entendiera por qué para serlo había que ser varón y nacido en Suiza. Sin embargo, ella acataba sumisamente la prohibición y renunciaba con pesar a ser portadora del airoso sombrero de plumas, a calzar las vistosas polainas y a enarbolar la pica con gallardía.

Se estaba preparando, sin saberlo, a desistir también en el futuro de otra de sus secretas aspiraciones: recibir el ministerio del Acolitado, ya que, según la Ministeria Quaedam y, “siguiendo la venerable tradición, queda reservado a los varones”.

Hoy día, para ser Guardia Suiza, ha desaparecido esta restricción y ante mi amiga se abre por fin la apasionante posibilidad de serlo, siempre que consiga tramitar la doble nacionalidad.

Para el Acolitado parece que habrá que esperar un poco más. Al menos, no se exige como condición el ser suizo.

En el nº 2.664 de Vida Nueva.

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