Gamos

dolores-aleixandre(Dolores Aleixandre, rscj)

“Después de oír la escalofriante noticia de que los hambrientos del mundo superan ya los mil millones. ¿Habremos mutado como los gamos, insensibilizándonos ante el ‘ruido’ de esa clase de informaciones, mientras que otras generan reacciones inmediatas?”

De pequeña paseaba a menudo con mi padre por el monte de El Pardo y aprendí a hacerlo silenciosamente para poder ver a los gamos que huían al menor ruido. Hace poco, al atravesarlo en tren, los he visto tan acostumbrados a su estruendo que, sin alterarse, permanecen tumbados o comiendo impertérritos detrás de las alambradas.

Me pregunto cuántas generaciones ha necesitado esa especie para cambiar su umbral de respuesta al ruido, y me lo pregunto también de nosotros, después de oír la escalofriante noticia de que los hambrientos del mundo superan ya los mil millones. ¿Habremos mutado como los gamos, insensibilizándonos ante el “ruido” de esa clase de informaciones, mientras que otras generan reacciones inmediatas? Por ejemplo, al cambiar IKEA el tipo de letra de su catálogo, pasándose a verdana, mucha gente ha protestado indignada por “este cambio tipográfico sin precedentes”.

Quizás estemos mutando hacia una nueva especie de homínidos con el índice achatado por las pantallas táctiles, pero atrofiados en cuanto a capacidad de sobresalto y respuesta ante el dolor ajeno, ése que pasa con su estruendo más allá de las alambradas.

A mutatione maligna, liberanos Domine. Y ayúdanos a hacer algo para evitarla.

En el nº 2.680 de Vida Nueva.

Compartir