ESPERANZA EN BARCELONA, por Juan Rubio

Foco mediático. Veintidós anarquistas controlados por quince mozos de escuadra gritaban en una esquina mofándose del Papa. Barcelona era una fiesta esta tarde esperando a Benedicto XVI. La movida de “besos gay” se suspendió. No estamos en la Barcelona de 1909 ni de 1936. Barcelona mira al siglo XXI, como las torres de Gaudí miran desafiantes al cielo. Hay esperanza.

Compartir