Esperanza ante la crisis

JUAN GARCÍA (CÁCERES) | La Subcomisión Episcopal de Familia y Vida celebró el 25 de marzo la Jornada por la Vida, con el lema ¡Sí a la vida, esperanza ante la crisis!. El cartel elegido mandaba un mensaje positivo, con la foto de un recién nacido en medio de un contexto de malas noticias, entresacadas de diferentes diarios.

Los obispos publicaban también un mensaje, con el título Por los niños; por los padres; por los abuelos: sí a la vida [ver íntegro], en el que se incidía en la idea esperanzadora del lema:

Para España, para Europa y para el mundo, la apertura moralmente responsable a la vida es una riqueza social y económica. Grandes naciones han podido salir de la miseria gracias también al gran número y a la capacidad de sus habitantes.

En esta difícil coyuntura, es necesario que se ayude económica y socialmente a las familias, pero no es suficiente. Es imprescindible un “cambio de mentalidad y de vida que permita ganar la propia libertad para donarse al otro: donarse a la esposa o al esposo, donarse a los hijos, donarse a los ancianos, donarse al que sufre. Esto Francisco lo explica así:

Una sociedad que abandona a los niños y que margina a los ancianos corta sus raíces y oscurece su futuro.

Con palabras del propio Papa, en alusión al aborto, los obispos españoles nos recordaban en qué modo “no es progresista pretender resolver los problemas eliminando una vida humana”.

Estas palabras, pues, son como un “aldabonazo en nuestros corazones”, que nos urgen a una decidida defensa de la vida desde todos los ámbitos, teniendo muy presente que “la Iglesia es la madre que a todos acoge con entrañas de misericordia y nos anuncia a Jesucristo, el Evangelio de la Vida”.

En el nº 2.897 de Vida Nueva

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