Escuchando la Palabra con los oídos del alma

La Pastoral del Sordo acerca la Palabra a los que no pueden oírla

(Miguel Ángel Malavia) Hay veces en que la Palabra de Dios puede escucharse de otro modo, con otros oídos: con los del alma. Es el caso de los sordos. Unos de nacimiento y otros a causa de enfermedades a distintas edades, todos ellos mantienen un peculiar modo de comunicarse con el mundo. Por eso la Iglesia desarrolla hacia ellos una atención especial a través de la Pastoral del Sordo.

El camino es lento, pero poco a poco va sembrándose la semilla. Así, en España, de las 56 diócesis existentes, 17 ya cuentan con su propia pastoral dirigida a los sordos. Una de las más activas es Bilbao, cuyo delegado, Sergio Buiza, desarrolla una actividad excepcional. Conocedor del lenguaje de los signos, al menos un sábado al mes celebra la misa en la catedral en silencio, dirigiéndose a los fieles a través de los signos. El resto de sábados se celebra la misa de un modo “normal”, pero siempre con un intérprete en el altar, que cuenta con sus manos lo que allí sucede: la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Según Buiza, cada sábado suelen ir unos 50 sordos de toda la diócesis, provenientes de numerosos pueblos y parroquias. “Pero también acuden a misa no sordos, que les acompañan y quieren vivir de otro modo, más íntimo, la celebración”, concluye. A nivel de catequesis, en Bilbao también la imparten para un grupo infantil y otro de adultos, compuesto por unas 25 personas con distintos grados de sordera. “Además, lo mejor es que entre todos forman un grupo de amigos que comparten muchas cosas en común y que se han conocido a través de su situación. Son una comunidad especial”. Una comunidad de fe.

Lo cierto es que la consideración de los sordos en el seno de la Iglesia ha mejorado mucho con el paso del tiempo. De hecho, hasta el Concilio Vaticano II un sordo no podía ser sacerdote. Eso lo sabe muy bien Agustín Yanes. Sin oído desde los siete meses, siempre quiso ser cura. Sabedor de que no podía cumplir su mayor anhelo, llegó incluso a operarse. Pero fue en vano. Sin embargo, con el Concilio todo cambió y él pudo al fin cumplir su vocación. Hoy, a sus 79 años, es uno de los dos únicos sacerdotes sordos que hay en España. En todo el mundo son unos 30. La noticia más importante de su vida le llegó en marzo de este año, cuando Benedicto XVI le nombró uno de sus prelados de honor, recibiendo el título de ‘monseñor’. Este honor es único, ya que Yanes es el primer ‘monseñor’ sordo de la Historia.

Progresivamente, los sordos van formando su propio espacio en el seno de la Iglesia. En el madrileño barrio de Cuatro Vientos ya funciona la única parroquia específicamente para sordos de toda España: ‘Santa María del Silencio’. Otra iniciativa, en este sentido, es el proyecto de crear un monasterio para sordos en Huelva. En ello está trabajando un monje benedictino, que pretende aunar la habitual ausencia de ruido de todo monasterio con un modo de vida y oración aún más profundo, en el que el silencio absoluto estaría garantizado.

Pero con mucha diferencia, el acontecimiento más importante se ha vivido recientemente con la celebración del I Encuentro Internacional de Pastoral del Sordo, celebrado en Roma entre el 25 y el 26 de junio. Alrededor de 2000 miembros de este colectivo ocuparon un puesto de honor en la Audiencia General que el Papa concede los miércoles. Además, tuvieron la oportunidad de celebrar una muy esperada misa en la mismísima basílica de San Pedro, en el Vaticano. No hay duda de que fue una gran fiesta para todos los sordos católicos del mundo.

Aún queda mucho camino por recorrer, pero como afirma orgulloso Sergio Buiza, “la Palabra ha de hacerse llegar por todos los modos”. Incluso a través del silencio

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