Encontrando la misión

MERCEDES CASAS, presidenta de la CLAR

Hace dos años, una joven vino a conversar conmigo pidiéndome ayuda para poder vender boletos para una rifa, destinada a recaudar fondos para ir en el 2013 a la JMJ en Brasil. Me encantó ver en su rostro la ilusión por hacer realidad su sueño de encontrarse, junto con muchos jóvenes, con el Papa. Le pregunté por qué quería ir, y me dijo: “Quiero ir a definir mi vocación”. Dentro de mí pensé: ese encuentro vale la pena.

Ante algunos eventos masivos, una se pregunta si solo son espacios que por un momento encienden el corazón, pero que no se hacen historia de seguimiento de Jesús y de construcción del Reino, sobre todo cuando no son seguidos por un acompañamiento. Desde luego que no hay duda de su valor, más aún por el hecho de que solo ver al papa Francisco es un regalo de sencillez, humildad y coherencia de Evangelio; pero me iluminó profundamente la actitud con la que esta joven se disponía a hacer esta peregrinación a Brasil.

Es en la etapa de la juventud donde
la pregunta por el sentido de la vida
tiene su principal momento y espacio;
es donde el futuro alcanza el corazón joven
para ponerlo en camino hacia adelante.

Hace unos días, el papa Francisco preguntaba a los jóvenes sobre el sentido de su vida, qué querían hacer con ella. Y creo que esta pregunta es la clave del encuentro, y tiene gran trascendencia. Preguntarse en este momento por el sentido de la vida, por el sentido de mi vida, no es muy común. El mundo nos ofrece muchas respuestas a preguntas que no le hemos hecho, y la mayoría de ellas no corresponden a la pregunta fundamental de la persona humana: la pregunta por el sentido de mi vida. ¿Qué quiere Dios de mí? ¿Cuál es mi misión? ¿Para qué nací? O, como dicen algunos, ¿para qué soy bueno, buena?

Y justamente es en la etapa de la juventud donde la pregunta por el sentido de la vida tiene su principal momento y espacio; es donde el futuro alcanza el corazón joven para ponerlo en camino hacia adelante, para hacer de su vida un camino de plenitud, entrega, servicio, al estilo de Jesús. Así le sucedió a María, quien encontró el sentido de su vida en el Dios que vendría a hacerse carne en su vida joven, transformándola, por el Espíritu Santo, en Vida-para-los-demás.

Si los jóvenes que van a la JMJ acogen esta pregunta del Papa en su corazón, y responden al Señor con un sí “todo terreno” a lo que Él quiera de ellos, o al menos se despierta su corazón ante esta pregunta, entonces este encuentro se convertirá en un semillero de vida nueva para nuestra Iglesia y para el mundo.

Y para los que ya pasamos esta etapa de la juventud, nos hace mucho bien re-despertar también nuestro corazón y hacernos nuevamente la pregunta: “Señor, ¿qué quieres hoy de mí?”. ¡Gracias, papa Francisco, por venir a nuestra tierra a despertarnos el corazón! Te acompañamos con nuestra oración y cariño.

En el nº 2.859 de Vida Nueva

 

Número especial JMJ de Vida Nueva

 

 

ESPECIAL WEB: JMJ RÍO 2013

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