En medio del camino

(Fernando VidalProfesor de Sociología en la Universidad Pontificia Comillas) Kornhauser, para prevenir el avance de autoritarismos, propuso las afiliaciones cruzadas: lugares donde piensen y convivan los diferentes. En la Iglesia española urgen esos espacios “inter” para distintas sensibilidades; una espiritualidad de la mediación. Fue crucial en la Transición. Las afiliaciones cruzadas evitan tentaciones de excluir o conquistar la hegemonía eclesial por una trama. Malentendidos y extremismos se forman porque no hay experiencia y lugar fraternales de diálogo y eso aviva los prejuicios. Sin concordia no hay consenso; sin convivencia no hay comunión. En este tiempo del ecumenismo y diálogo interreligioso, es crucial trabajar en favor del “ecumenismo interior”.

Lo existente no es suficiente para prevenir el fundamentalismo y la manipulación. Urge intensificar la creatividad de la sociedad seglar para formar más plazas en la arquitectura eclesial. Hay distintas redes, pero pilotadas desde un lado del camino; urge habitar también el medio del camino: que no anule las pertenencias primarias pero avive la sensatez en común. La crisis en la Iglesia es de pertenencia y participación. Hay cada vez más cristianos que no encuentran hogar de fe: requerimos una pastoral más creativa en las encrucijadas de la historia y en los cruces de cada historia. ¿Hay algún lugar en medio de esos caminos donde puedan encontrar referencias y puertas abiertas para deliberar, servir y celebrar? Es necesaria una generación de cristianos que ni excluyan ni dejen excluir; que reabran las fuentes de un nuevo pensamiento; que abran estancias donde los laicos puedan encontrar puente, templo y hogar. ¿Sería posible una fraternitas así? Urge recobrar el espíritu peregrino de las órdenes hospitalarias y salir al medio del camino.

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