El principio de los sacrificios

JESÚS D. MEZ. GIRONA | No tiene sentido que algunos profesores de Secundaria de Madrid hayan pretendido provocar un colapso en las aulas porque se les haya aumentado en dos horas semanales su carga lectiva.

Es cierto que los profesores merecen un reconocimiento social y que su labor va mucho más allá de las “horas de pizarra”. Pero eso no justifica rechazar el esfuerzo suplementario y razonable que se les exige en este tiempo de crisis. Este que se nos pide ahora, es el principio de los sacrificios que vamos a tener que hacer.

En el número 2.770 de Vida Nueva

Compartir