El poder

Baltazar Porras(+ Baltazar Enrique Porras Cardozo– Vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y arzobispo de Mérida,Venezuela)

“Los gobernantes pierden la dimensión de la realidad con rapidez pasmosa, son seducidos por los aduladores de turno; en nombre de los necesitados y en contra de los imperios, cometen tropelías que, cual tsunami, se llevan por delante los derechos humanos ciudadanos”

El texto evangélico de las tentaciones en el desierto recuerda la seducción del poder: dominar a todos los pueblos si adoramos al demonio. A los desprevenidos creyentes esta narración puede parecer exagerada. Sin embargo, los tiempos que corren dan razón, con mayor vigor, a las palabras de Jesús.

El desarrollo tecnológico y comunicacional da a los poderes constituidos, sobre todo a los gobiernos, tal fuerza, que intentan manipularlo todo para permanecer en él. Sucumben a la tentación
bajo el ropaje de la legalidad y de la preocupación por los pobres. Las ejecutorias van por otro sendero.

En los países más desarrollados se ha logrado, no sin esfuerzos, que la democracia se consolide, dotando a la sociedad de poderes públicos autónomos y de una creciente red de participación ciudadana –ONGs– que permiten controlar la seductora tentación de dominarlo todo.

América Latina vive cambios profundos. Eran y son necesarios. Una de las debilidades mayores
de nuestros países es la endémica fuerza de las instituciones. Se cambian con facilidad, se salta por encima de ellas sin rubor, se abusa del poder por diversos motivos. ¡Tenemos inoculado el virus
del populismo y el mesianismo!

Los gobernantes pierden la dimensión de la realidad con rapidez pasmosa, son seducidos por los aduladores de turno; en nombre de los necesitados y en contra de los imperios, cometen tropelías que, cual tsunami, se llevan por delante los derechos humanos ciudadanos.

La jerarquía católica ocupa parte de sus reflexiones en esta materia. La vocación de servicio de la Iglesia pasa por el acompañamiento crítico, recordando que a un solo Dios adorarás y no a los ídolos del poder, el dinero y el placer en el panteón de los dioses modernos. Allí radica su alta credibilidad y confianza.

En el nº 2.677 de Vida Nueva.

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