La Asamblea de la República de Portugal aprobó, el viernes 8, la propuesta de Ley que legaliza el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, gracias a los votos favorables de los partidos socialistas y de izquierda. Respetando (pero nada más) a los más de 92.000 firmantes que pedían un referéndum popular, el primer ministro, José Sócrates, asegura que se trata de reparar “una injusticia”. La Iglesia católica portuguesa ha reiterado su oposición a la ley, no por una cuestión religiosa, sino “cultural”. Mientras, México D.F. se ha convertido en la primera ciudad latinoamericana que aprueba el matrimonio homosexual, un proyecto que, para el cardenal Rivera, es “inmoral” y “reprensible” por el golpe que supone a los valores familiares.
En el nº 2.691 de Vida Nueva.
