El haz y el envés de un año

(Francisco M. Carriscondo Esquivel– Profesor de la Universidad de Málaga)

“El mensaje de Benedicto XVI en su visita a nuestro país fue bastante claro: hay que buscar siempre la belleza, cualidad que viene impulsada por la fe y que se transmite a través del arte. La mejor manifestación de este trinomio belleza-fe-arte ha sido la consagración, por fin, al culto de esa sinfonía en piedra que constituye el templo barcelonés de la Sagrada Familia”

EL HAZ

El mensaje de Benedicto XVI en su visita a nuestro país fue bastante claro: hay que buscar siempre la belleza, cualidad que viene impulsada por la fe y que se transmite a través del arte. La mejor manifestación de este trinomio belleza-fe-arte ha sido la consagración, por fin, al culto de esa sinfonía en piedra que constituye el templo barcelonés de la Sagrada Familia. Y, hablando de música, el año comenzó para muchos con otro sublime ejemplo de dicha tríada a lo largo de la historia: la colección Sacred Music, editada por el sello Harmonia Mundi, donde se hace un repaso exhaustivo a la música que ha acompañado siempre a los oficios religiosos, desde los cantos cristianos primitivos, incluidos los de nuestros mozárabes, hasta la Misa de Leonard Bernstein, pasando, claro está, por los grandes compositores del Renacimiento y del Barroco. En definitiva, un magnífico regalo para estas Navidades, como también lo es la recién publicada Biblia de la Conferencia Episcopal Española, el primer texto sagrado con miras a erigirse en el oficial para toda la vida de Iglesia del país, un proyecto en el que muchos de sus miembros han trabajado y que, por fin, ha visto la luz. Así que no ha habido mejor forma de iniciar y acabar este 2010.

EL ENVÉS

El mismo Pontífice también denunció durante su estancia el secularismo que vive la sociedad española actual. Sin entrar en catastrofismos –pues, afortunadamente, la lenta labor callada del haz supera al frenesí desbocado del envés–, a lo largo de estas páginas hemos ido dando cuenta de los ejemplos más significativos de una serie de acciones y actitudes tendentes a querer que nos olvidemos de Dios o que lo manejemos según ciertos antojos: tergiversaciones de la historia; reinterpretaciones interesadas de los mitos; fomento de una globalización superflua (¿por qué no, como dijo José Saramago, se globaliza el pan?); esnobismos contraculturales trasnochados, en aras de una ideología que se vale del escándalo, por más que lo quieran disfrazar de una ingenua falta de voluntad transgresora; la ostentación descarada del insulto injustificado a la Iglesia, a pesar de que, paradójicamente, digan que no quieren saber nada de ella; la recurrencia a Dios con intenciones mercantilistas… En fin, no hace falta aquí dar nombre alguno, bastantes ejemplos tenemos todos en mente, porque así lo único que se consigue es darles pábulo. Y sólo debe merecer nombradía todo cuanto es digno, honrado, sincero, justo, sublime, bello, bueno…

CONCLUSIÓN

Seguiremos con la hoja de ruta prevista, acorde con el espíritu programático trazado desde mi primera columna, hace ahora justo un año. Feliz Natividad del Niño Dios, Feliz 2011 a todos nuestros lectores. Gracias por estar siempre ahí, por acompañarnos en esta aventura que, afortunadamente, sigue todavía su camino, porque, por suerte, los temas no faltan, aunque ya me gustaría a mí hablar sólo del haz de cada año.

fcarriscondo@vidanueva.es

En el nº 2.735 de Vida Nueva.

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