El Cerro de los Ángeles, un paradigma

(Juan Rubio– Director de Vida Nueva)

No es honesto engañarse con estériles añoranzas porque el texto sin contexto se vuelve pretexto. Cuando España no había dejado de ser católica; cuando el trono y el altar no lograban desengancharse, pese a sueltas leyes liberales que ladraban pero no mordían, en 1919, Alfonso XIII y un buen número de políticos y obispos consagraban España al Corazón de Jesús ante el monumento, obra conjunta de Nadal y Marinas, que se levantó en el Cerro de los Ángeles. Años después, la cainita contienda civil grabó sobre nuestra memoria el esperpéntico fusilamiento sobre una imagen que abrazaba a los milicianos que disparaban. Hoy es otra cosa. Son otros tiempos. España dejó de ser católica oficialmente aunque lo sea sociológicamente. Cuando se avecina un maquillaje de la Ley de libertad religiosa, en un ambiente agresivamente laicista con resabios anticlericales, emerge la imagen de Cristo en el corazón de una de las diócesis más jóvenes y grandes de Europa, en Getafe, paradigma actual de una nueva sociedad que hay que evangelizar. Cristo, con los brazos extendidos, ofreciendo alivio a los corazones desgarrados, solaz a otros muchos cansados y agobiados, incluso en la misma Iglesia y luz a quienes lo buscan con sincero corazón. Getafe se vuelve paradigma de la nueva evangelización española y europea; un lugar con avalancha de nuevas gentes fruto de la inmigración, jóvenes la mayoría. Evangelizar es mostrar la misericordia entrañable que muestran los brazos abiertos del Corazón de Jesús; sin añoranzas estériles de cruzadas, conquistas y reinos. Bello significado.

Publicado en el nº 2.664 de Vida Nueva (del 13 al 19 de junio de 2009).

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