El bautismo como posibilidad

Ginés García Beltrán, obispo de Guadix-BazaGINÉS GARCÍA BELTRÁN | Obispo de Guadix-Baza

“Si nos hiciéramos conscientes de lo que el bautismo genera en nosotros, descubriríamos las infinitas posibilidades que tenemos…”.

No me refiero a la posibilidad de recibir el bautismo que tienen los que todavía no lo han hecho, ni a otras cuestiones pastorales. Al hablar del bautismo como posibilidad, pienso en la capacidad que la gracia recibida por el sacramento del bautismo origina en nosotros.

El bautismo hace nacer en el que lo recibe un surtidor de gracia que salta hasta la vida eterna. Jesús, como a la samaritana, nos dice: “Si conocieras el don de Dios”. Si nos hiciéramos conscientes de lo que el bautismo genera en nosotros, descubriríamos las infinitas posibilidades que tenemos para hacer lo que Dios quiere. Esto sería suficiente para desterrar las cobardías y mediocridades que nos paralizan y abrirnos al horizonte infinito de la fe.

Dicho esto, no podemos olvidar que el bautismo es una realidad tan grande que el hombre no puede abarcarla. Por eso, el hombre, que es buscador por naturaleza, hace de esta realidad una posibilidad que transforma cada día su existencia. El bautismo es una nueva vida que crea posibilidades.

Dicen que los humanos utilizamos solo una pequeña parte de las capacidades que encierra nuestro cerebro. Pues creo que algo así es lo que ocurre con el bautismo. El bautismo es semilla de santidad sembrada en nuestra vida para que crezca hasta la vida eterna.

El camino de la vida es posibilidad, en libertad, para que así suceda. La gracia está, pero somos nosotros los que colaboramos para que dé sus frutos.

Los cristianos tenemos que repetir, y repetirnos muchas veces, un “es posible”. El bautismo no nos hace sujetos de una utopía, sino beneficiarios y testigos de una realidad gozosa que ya ha acontecido en Cristo. Vivimos un acontecimiento de salvación que es eterna novedad
y eterna posibilidad.

En el nº 2.831 de Vida Nueva.

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