Diálogo para el acuerdo

(José Ignacio López– Periodista argentino del diario La Nación)

“Ahora, con el Bicentenario de la independencia como horizonte y los criterios renovados por Aparecida, se reivindica explícitamente aquella experiencia pastoral y debería buscarse el modo de contribuir a que el diálogo sea recuperado como herramienta esencial de la política”

Más de veinte citas del documento conclusivo de Aparecida y del discurso inaugural de Benedicto XVI pueden encontrarse en el último documento colegial que los obispos argentinos terminan de aprobar en la misma asamblea en la que reeligieron como presidente, con similar unanimidad, al cardenal Jorge Bergoglio. Con ese aporte, el texto ahonda en el cauce abierto por el célebre pronunciamiento de principios de la década del 80 (Iglesia y Comunidad Nacional)  e hilvana con otros que, esta vez sí, se expresaron en un comprometido servicio pastoral en la fenomenal crisis de principios de siglo. No es de prédica y citas que suelen adolecer los episcopados en América latina sino de gestos y conductas que las expresen con fidelidad. 

Las palabras de Aparecida, un programa de acción pastoral, busca aun plasmarse en el estado de misión. Con el estallido de 2001, aquella seguidilla de los obispos argentinos desembocó en una contribución decisiva a la gestación de un espacio -la Mesa del Diálogo- que sirvió para preservar la estabilidad institucional y atender la gravísima emergencia social.

Ahora, con el Bicentenario de la independencia como horizonte y los criterios renovados por Aparecida, se reivindica explícitamente aquella experiencia pastoral y debería buscarse el modo de contribuir a que el diálogo sea recuperado como herramienta esencial de la política y sirva para construir un nuevo acuerdo sobre políticas públicas “una nueva forma de opción por nuestros hermanos más pobres y excluidos”. Hacia un bicentenario (2010-2016) en justicia y solidaridad , tal el titulo del documento, es también un programa de acción y su primer paso ha de ser ofrecerlo a la sociedad y a las instituciones de la democracia urgidas de renovación. El vicepresidente del CELAM, arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnic, dio el ejemplo: presentó el texto de Aparecida en la Legislatura de su provincia. 

El primer escollo es la crispación del ambiente político argentino acentuado por la crisis económica global. La relación de la jerarquía eclesiástica con el Gobierno ya no puede reducirse a una pulseada personal entre Kirchner y Bergoglio. Los obispos se disponen a iniciar su recorrido por los tres poderes comenzando por la Presidenta.

En el nº 2.638 de Vida Nueva.

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