Decíamos ayer (8 de noviembre de 1969)

Iglesia, Gobierno e inteligencia

Las relaciones Iglesia-Gobierno “partirían de un principio erróneo tanto si se entendieran como una contienda, como si se utilizaran para un mutuo sostén (…). Es el pueblo y su verdadero desarrollo humano y cristiano y no simplemente un orden público externamente mantenido quien debe centrar todas las búsquedas. (…) A su servicio, se nos dice, se pondrá una independencia recíproca y una positiva cooperación. Hermosas palabras que habrá que precisar después cuidadosa y sobre todo prácticamente. Hermosas palabras que, sobre todo, será necesario equilibrar con inteligencia”.

En el nº 2.682 de Vida Nueva.

Compartir