Decíamos ayer (29 de septiembre de 1984)

Ante el paro

“La Iglesia, si quiere ser fiel a su misión, debe estar presente y activa allí donde lo exige la degradación de los hombres del trabajo. Aunque se ha acusado a la jerarquía española de una polarización mucho mayor en temas de familia o enseñanza que en los problemas sociales, la verdad es que los obispos españoles no han permanecido callados”. “La Iglesia sólo hará algo por acabar con el paro mediante los cristianos comprometidos, aquéllos que en un momento de peligroso escapismo espiritualista o doctrinarista, se acerquen realmente a los hermanos que sufren con acciones concretas”.

En el nº 2.676 de Vida Nueva.

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