Decíamos ayer (14 de mayo de 1983)

María, luz de confianza

“Mientras el mundo pide a gritos seguridad, y cifra sus confianzas en las cuentas corrientes, la posesión de la vivienda, las compañías aseguradoras o, lo que es peor, en un contrato matrimonial mucho más contrato que matrimonio, María ofrece al mundo el encanto de su maternidad que es pura entrega en libertad y no ‘parto de propietaria’. Engendra el Hijo para los demás desde su personal opción libre y no para su seguridad familiar (…). María demuestra que sólo se es madre dando a luz muchas veces y que esa luz, la de la gran confianza, sólo la reciben los desprovistos de equipaje”.

En el nº 2.659 de Vida Nueva.

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