De píldoras y otras

Alejandro Fernández Barrajón(Alejandro Fernández Barrajón– Presidente de CONFER)

“La defensa de la vida no puede quedarse en una cuestión de opinión pública o de oferta partidista. De una manera sibilina se van imponiendo una serie de contravalores que, a la larga, resultan demoledores para una sociedad que quiere avanzar hacia cotas de mayor humanidad y dignidad”

Me parece un despropósito descomunal a dónde nos va conduciendo la anunciada ley del aborto. Si ya es una locura esa ley que se nos quiere imponer, todavía resulta más incomprensible esa píldora postcoital a la que las niñas pueden acceder sin permiso de sus padres. El Gobierno desautoriza a los padres en un tema tan grave y se queda tan tranquilo.

La defensa de la vida no puede quedarse en una cuestión de opinión pública o de oferta partidista. De una manera sibilina se van imponiendo una serie de contravalores que, a la larga, resultan demoledores para una sociedad que quiere avanzar hacia cotas de mayor humanidad y dignidad.

Hay en la actualidad un empeño desde ciertas instancias sociales e ideológicas por alejar de la calle el tema sobre Dios. Y para ello se manejan argumentos muy poco serios pero que prenden rápidamente en las conciencias más someras. Uno de ellos es pretender relacionar la idea de Dios con la frustración o la falta de felicidad. He visto la película Vicky Cristina Barcelona, escrita y dirigida por Woody Allen, rodada en Nueva York y en España. Una de las protagonistas le pregunta al actor principal, Javier Bardem, si cree en Dios,y él responde: “No creo en Dios porque quiero disfrutar de la vida”.

Creer en Dios y apostar por la vida pueden formar parte de posturas progresistas y actuales, porque nada hay tan valioso como defender la vida y buscarle su sentido. Y como algunos se empeñan -no sé por qué extraña razón- en que yo defiendo el aborto, ¡pues no! Me horroriza el aborto y estoy en contra de manera absoluta. Por si acaso.

afernandezb@vidanueva.es 

En el nº 2.662 de Vida Nueva.

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