Curiosity

Francisco M. Carriscondo, profesor de la Universidad de MálagaFRANCISCO M. CARRISCONDO ESQUIVEL | Profesor de la Universidad de Málaga

“Quizás la verdadera modernidad sea eso: darnos de bruces con lo real para entender que no hay nada nuevo, que todo es un continuo…”.

Los navegantes que llegaron por primera vez a América pensaron soltar el lastre medieval de sus anclas sobre la tierra descubierta. Por eso tenían la certeza de encontrarse allí con las especies y las razas de los viejos cronicones: grifos, basiliscos, cíclopes, cinocéfalos, hipópodos, patagones, amazonas, sirenas…

El apego a esta tradición y la imperiosa necesidad de ajustar la realidad a sus moldes, típica de cualquier especulación, forzó la visión de este primer encuentro con el Nuevo Mundo. Luego vino el afán de explorar el territorio, la búsqueda de los seres que poblaban los bestiarios… Sin resultado. Ni siquiera pudieron distinguir diferencias significativas entre los indígenas y ellos, venidos de fuera, a pesar de que tardaran en reconocerles el estatuto de seres humanos.

Medio milenio después, un minúsculo astromóvil recorre otro territorio, fuera de nuestra órbita. Existe una gran producción iconográfica sobre los habitantes de Marte, los marcianos, elaborada con factura muy similar a la de los tratados del Medievo.

Con el mismo ímpetu de los navegantes de la era de los descubrimientos, se mueven ahora las misiones espaciales: descubrir otros seres, otras especies distintas a las nuestras. Y eso, hasta ahora, para nada. Porque quizás la verdadera modernidad sea eso: darnos de bruces con lo real para entender que no hay nada nuevo, que todo es un continuo, que todo está hecho de la misma materia y que, mientras no se demuestre lo contrario, somos nosotros quienes habitamos ese todo.

fcarriscondo@vidanueva.es

En el nº 2.819 de Vida Nueva.

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