Crisis institucional: ¿qué necesita España?

(Vida Nueva) España atraviesa por una situación de gran incertidumbre económica, pero también política. ¿Qué opciones tenemos ante esta histórica encrucijada? Dos voces ofrecen posibles caminos a seguir: Francisco Muro, director de Comunicación del Consejo General de la Abogacía, y Enric Juliana, director adjunto de La Vanguardia.

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Esto no aguanta dos años

(Francisco Muro de Iscar– Director de Comunicación del Consejo General de la Abogacía) Ni pacto educativo ni pacto económico ni pacto laboral. Que se echen las culpas unos a otros es lo de menos. Lo malo que es que pagan otros, que la crisis crece y que no podemos esperar dos años hasta que haya nuevas elecciones.

Una puerta a la esperanza: ningún país, por muy mal que se haya gestionado, ha desaparecido del mapa. Así que sobreviviremos, pero pasaremos años de purgatorio. ¿Soluciones? Aquí van media docena.

1. Zapatero presenta una moción de confianza. ¿Para qué arriesgarse a perderla si ganarla no le daría más “seguridad en el empleo”?

2. Rajoy presenta una moción de censura. Hoy no la ganaría. Dentro de un año, puede servir para presentar su programa y consolidarse como alternativa.

3. Un cambio de Gobierno. Parece inminente cuando termine la presidencia española de la UE, que ha pasado con pena y sin gloria. Un cambio para que todo siga igual.

4. Dimisión de Zapatero y convocatoria de elecciones generales. Salvo en el caso de la UCD, nadie convoca elecciones para perderlas.

5. Dimisión del presidente y su sustitución por otro dirigente socialista. Bono y Blanco son los nombres. Luego siempre surge el tapado.

6. Gobierno de concentración. Pasaría por la dimisión, voluntaria o forzosa, de Zapatero, la renuncia de Rajoy a estar en ese Gobierno, el compromiso de convocar elecciones en dos años y la búsqueda de quién podría liderar a personas de prestigio de la política, la empresa, las fuerzas sociales y la Universidad. Es la solución más realista.

España necesita una “nueva frontera”. Este país podría mejorar sustancialmente, además, si cada uno de nosotros hiciera lo que sabe: trabajar un poco más y ser un poco más solidario y exigente. Este país funcionará si logramos montar una sociedad civil fuerte y transformadora.

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El estrés de las elites

(Enric Juliana–  Director adjunto de La Vanguardia) Todos tenemos hoy la sensación de que España va a la deriva y todos queremos creer que esa deriva aún puede ser corregida. Todos queremos creer que el vigor acumulado pesará más que la desorientación.

¿Tiene arreglo España? Sí, si ese vigor es sabiamente dirigido en pos de unos objetivos realizables, que, a su vez, sean capaces de fortalecer la moral colectiva ante la evidencia de que nada volverá a ser como antes. No, si la energía acumulada cae en la frustración ante ese severo diagnóstico y se pierde en combates secundarios.

Como otras veces en la historia, el futuro se halla en manos de las elites.

La elite económica se halla plenamente inmersa en las contradicciones del mundo globalizado, en el que nada es estrictamente ‘nacional’.

La elite política se siente en falso: el pueblo no la ama, desconfía; la élite política tiene una gran capacidad de intervención en los asuntos públicos, pero ya no puede ofrecer soluciones acabadas, pues el mundo actual se resiste a los acabados. La crisis le ha pillado mal.

Y la elite mediática no sabe cuál será su destino. Los medios de comunicación se hallan en crisis y abocados a una reinvención. Esta élite también teme acabar siendo despreciada por el pueblo.

A los hechos: España debe 1,6 billones de euros. Un billón corresponde a la deuda acumulada por empresas y familias. De la deuda privada, 321.000 millones de euros corresponden a créditos hipotecarios (promotoras inmobiliarias, constructores y privados), buena parte de los cuales no se podrán devolver.

Ése es el tumor de España: 321.000 millones de euros bajo la alfombra, buena parte de ellos, consignados como activos en los balances de bancos y cajas de ahorro. Una bomba de relojería para la estabilidad del euro. Por ello hemos sido intervenidos por el Directorio Europeo.

Más información en el nº 2.710 de Vida Nueva. Si es usted suscriptor, lea los ‘Enfoques’ íntegros aquí.

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