Crisis

Chema Caballero(Chema Caballero– Misionero javeriano en Sierra Leona)

“La crisis está ahí y se va a notar en que cada vez habrá menos ayuda para el Tercer Mundo. Por ahora ya ha logrado que el crecimiento de las economías africanas se pare. La crisis ha afectado, principalmente, al comercio, la inversión y la exportación de materias primas y productos agrícolas”

Un compañero de Sierra Leona comentaba: “Aquí la crisis no se nota, porque siempre estamos en crisis”.

Tiene razón, pero la crisis está ahí y se va a notar en que cada vez habrá menos ayuda para el Tercer Mundo. Por ahora ya ha logrado que el crecimiento de las economías africanas se pare. La crisis ha afectado, principalmente, al comercio, la inversión y la exportación de materias primas y productos agrícolas.

Pero esto no dice nada de la realidad del día a día de la gran mayoría de los hombres y mujeres de Sierra Leona, por no generalizar y decir de toda África, que no pueden comprar arroz para comer o plantar ahora en plena época de trabajos fuertes del campo.

Un ejemplo: la especulación de los grandes inversores (todos en el Primer Mundo) ha conseguido que el precio de los cereales suba un 10% en las últimas semanas, justo cuando empiezan las lluvias en Sierra Leona.

A Mariatu Kamara las causas de la crisis le caen muy lejos. Ella sólo sabe que acaban de plantar todo el arroz que había en casa para poder tener una buena cosecha el próximo año. También sabe que ahora tienen tres meses por delante en los que la familia tiene que sobrevivir a base de mandioca hasta que salga el mijo en septiembre. Sabe que llega la época del hambre y que este año, como el pasado, no podrá comprar arroz o bulgur para dar de comer a su familia, porque los precios son imposibles para ellos, como para el 90% de los sierraleoneses. Sabe que ninguno de sus hijos se irá con el estómago lleno a la cama, y puede que el pequeño muera de malnutrición.

Mariatu y tantas otras mujeres africanas no cuentan, pero son ellas las que día a día luchan, con crisis o sin ella, para sacar a sus familias a flote.

En el n º 2.664 de Vida Nueva.

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