Corazón cristiano

+ FERNANDO SEBASTIÁN | Arzobispo emérito

“Si Dios me concediera la omnipotencia de mis deseos solo por un momento, centraría mi voluntad en uno solo: un corazón cristiano para los españoles…”.

Si Dios me concediera la omnipotencia de mis deseos solo por un momento, centraría mi voluntad en uno solo: un corazón cristiano para los españoles.

Corazón cristiano para los dirigentes, políticos, banqueros, empresarios, sindicalistas, maestros y educadores de todas clases y niveles.

Corazón cristiano para el pueblo, para las familias, para jóvenes y ancianos, ricos y pobres, sabios e ignorantes, trabajadores y pensionistas.

Si ustedes me preguntan: ¿qué entiende usted por “corazón cristiano”? La respuesta es sencilla: “Corazón cristiano” es el talante de los verdaderos discípulos de Jesucristo, el conjunto de sentimientos, criterios y valores que vivió Jesús, tal como aparecen en el Sermón de la Montaña, en el Evangelio de Jesucristo.

Si quieren saber a qué me refiero, vayan anotando: confianza en la providencia de Dios, amor al prójimo, un amor sincero, gratuito y universal; deseo de la vida eterna junto a Dios; y como consecuencia, desprendimiento de los bienes de este mundo, sobriedad, justicia y generosidad.

Si este fuera el talante de la mayoría de los españoles, todo andaría mucho mejor. Hemos dejado de ser cristianos y ahora somos simplemente esclavos de nuestras ambiciones. Cada uno va a lo suyo. Vivimos en una cultura del egoísmo y de la disgregación. Difícilmente podremos progresar en la unidad y en la colaboración.

No solo España, Europa entera ha perdido la fe en el Dios de Jesucristo y con la fe ha perdido el rumbo, no queremos dejarnos guiar por la voluntad de un Dios común y andamos descarriados, confundidos por la fuerza ciega de nuestras ambiciones. Para crecer en humanidad hay que estar a buenas con Dios. Dios es amigo del hombre, fuente de vida y de progreso. Pero la cultura dominante ve las cosas de otra manera. Así nos va.

En el nº 2.813 de Vida Nueva.

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