Compostela hoy y siempre

(Juan Rubio– Director de Vida Nueva)

En una esquina de España, allá en donde la tierra termina para abrirse al cielo, en Compostela, hay una cita este domingo. Camino y meta; fuente y destino; signo y emblema de un mundo que no se detiene, que pisa añosas huellas, que mira al horizonte. Compostela es movimiento, paradigma de quien camina y, al caminar, se hace camino abierto, solitario y solidario; camino de sudor y esfuerzo, de sonrisa compartida y de abrazo abrazado. Pocas cosas unen más que el esfuerzo. Compostela es mochila ligera y plenitud en el corazón. En Compostela caben todos porque allí el camino se ensancha y se hace cielo abierto. Hoy viajamos a Compostela hurgando en la historia, embelesando emociones escondidas, dibujando alas para el regreso. Pies descalzos, sonrisa abierta, suaves dificultades, guijarros en la vereda, ilusiones balbuceadas. Ya en el Monte del Gozo, se escucha la pregunta del Señor a los Zebedeos: “¿Podéis beber del cáliz?”. ¡Qué bien suena desde allí la respuesta!: “¡Sí. Podemos!”. Y es que Compostela se hace compromiso una vez más. Hoy viajamos a un lugar que refresca y en el que todos han visto un poquito de cielo, después de pisar mucho suelo.

Publicado en el nº 2.717 de Vida Nueva (del 24 al 30 de julio de 2010).

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