Cinco voces en la boda

(Antonio Gil Moreno) A finales de julio, presidía su boda, que con tanta ilusión habían preparado. Juan Manuel y Arancha realizaban su compromiso público de amor, uniendo sus vidas en una sola vida y sus corazones en un solo corazón, en el sacramento del matrimonio. Desde el altar de la iglesia cordobesa de La Compañía, quise invitarles a todos a que escucharan con atención esas “cinco voces” o “cinco palabras” que se pronunciaban a lo largo de la ceremonia.

1. La Palabra de Dios, definiendo hermosamente lo que es el amor: entregar la vida, “porque nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos”.
2. La palabra de los nuevos esposos, el “sí quiero”, el “me entrego a ti”, que transformaba sus vidas y las convertía en una familia nueva, en una “pequeña comunidad de amor, en una escuela de virtudes, en un pequeño templo”.
3. La palabra de los invitados: “Enhorabuena”, o sea, que vuestras horas estén marcadas por la bondad y el amor, y que nos ponemos a vuestra disposición para que lo logréis.
4. La palabra de la Iglesia, el hermoso gesto de la “bendición”, del “buen decir”, del “visto bueno de Dios”, con lo que conlleva de gracias y de ayudas, porque la Palabra de Dios es creativa, pone en acción lo que dice.
5. La palabra del celebrante amigo, ofreciendo a los nuevos esposos la verdadera clave de la felicidad: “La fidelidad”. Siempre fieles y alegres. Fieles a nuestros compromisos, a nuestros principios, a nuestros criterios, a nuestras convicciones. Cinco palabras para grabarlas en el corazón.

En el nº 2.671 de Vida Nueva.

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