Cien años del Bíblico

Jorge Juan Fdez Sangrador(Jorge Juan Fernández Sangrador– Director de la BAC)

“Confiado a la Compañía de Jesús, al igual que la Pontificia Universidad Gregoriana y el Pontificio Instituto Oriental, el servicio que el Pontificio Instituto Bíblico ha hecho a la Iglesia, surtiendo diócesis y congregaciones religiosas de escrituristas bien formados, merece la más alta consideración”

El Pontificio Instituto Bíblico de Roma cumple cien años. Pío X lo erigió por medio de Letras Apostólicas, que, encabezadas por la expresión Vinea electa, fueron firmadas el 7 de mayo de 1909. Con la compra, al año siguiente, del palazzo Muti Papazzurri, y tras los oportunos arreglos del inmueble, el Vaticano dotó al naciente Instituto de las instalaciones que precisaba para albergar una biblioteca, un aulario, un museo y una residencia de profesores. En 1925 fueron adquiridos los terrenos para la construcción de una sucursal en Jerusalén.

El Pontificio Instituto Bíblico ha recorrido, en estos cien años, un camino que no ha sido precisamente fácil, pero el resultado final está a la vista: una biblioteca con ciento ochenta mil volúmenes; dos facultades: una para el estudio de la Sagrada Escritura y otra del Oriente Antiguo; una sede activa en Jerusalén; dos revistas especializadas: Biblica y Orientalia; una publicación anual de bibliografía: Elenchus of Biblica; y cuatro colecciones de monografías: Analecta biblica, Subsidia biblica, Biblica et Orientalia y Studia Pohl. Todo es de lo mejor. Por sus aulas han pasado siete mil ciento noventa y cuatro alumnos, de los que trescientos nueve han sido promovidos al episcopado.

Confiado a la Compañía de Jesús, al igual que la Pontificia Universidad Gregoriana y el Pontificio Instituto Oriental, el servicio que el Pontificio Instituto Bíblico ha hecho a la Iglesia, surtiendo diócesis y congregaciones religiosas de escrituristas bien formados, merece la más alta consideración, y su lema, tomado del libro de Isaías (40,8), da razón de la elevada vocación y plena dedicación de cuantos, desde 1909, han trabajado de manera tan cualificada en él: “La Palabra de Dios permanece para siempre”.

jjfernandezs@vidanueva.es 

En el nº 2.658 de Vida Nueva.

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