Errata y agradecimientos

EDUARDO CIERCO. POZUELO DE ALARCÓN (MADRID) | Agradezco que, en el nº 2.727, Vida Nueva haya publicado una larguísima carta mía sobre el “Diálogo entre fe y ciencia”. Pero se ha deslizado una mínima errata que cambia por completo el sentido de una frase decisiva.

En la última del penúltimo párrafo, donde dice: “No podemos venerar ese ‘más allá de’ que nos trasciende sin empobrecer…”, debía decir “No podemos dejar de venerar ese ‘más allá de’ que nos trasciende sin empobrecer…”.

Aprovecho también para agradecer al teólogo José Ignacio González Faus su “Carta a D. Mariano Rajoy”. No se puede ser un político “cristiano” sin probar en la piedra de toque de preferir a nuestros Hermanos Mayores –aun si somos teólogos o jerarcas–, que son los pobres y marginados. Y, como expresa con respeto el religioso jesuita Faus, las medidas de este Gobierno benefician a los ricos-ricos y cargan sobre las espaldas de los pobres y marginados una crisis que crearon las “hipotecas basura”.

Solo un ejemplo pequeño, pero representativo. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del pasado 20 de abril, un periodista preguntó a la ministra de Sanidad, Ana Mato, si a quienes ingresan más de 100.000 euros al año no se les podría cargar el cien por cien del precio de las medicinas para ingresar más de ellos y necesitar menos de otros. Mato contestó que se había establecido un sistema “progresivo”: los que ingresan más, pagan más. Es decir, no contestó a lo de los 100.000 euros.

Como ser puede apreciar, se procura no “molestar demasiado” a los más ricos. No se dirá que quienes ingresan más de 100.000 euros no pueden pagar el total de sus medicinas. Tampoco que son pensionistas… Confío en que, en el consiguiente trámite parlamentario, el propio Partido Popular (PP) presente una enmienda para arreglar, al menos, este diminuto desliz.

Hace poco, también el PP se ocupó de una propuesta para desvincularse en sus estatutos de su referencia al humanismo cristiano. Fue rechazada. Sin embargo, la propia Conferencia Episcopal Española debería rogar al partido del Gobierno que la apruebe ahora. A la Iglesia le daña que cualquier partido sea “suyo” de nombre. Unos por unas cosas, otros por otras, le faltan siempre al respeto y la desacreditan.

Pensemos en la canciller alemana Angela Merkel, preocupada solo de volver ganar sus elecciones generales, en 2013, así se caigan España, Europa y el resto del mundo…“Eso” es hoy la Democracia Cristiana Alemana, no la de Adenauer o Khol.

En el nº 2.803 de Vida Nueva.

Pueden enviar sus cartas con sugerencias o comentarios a: director.vidanueva@ppc-editorial.com

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