Benedicto en una sociedad plural

(Juan Mª Laboa– Profesor emérito de la Universidad Pontificia Comillas)

“Hubo bastante más gente en las calles de lo que se pensaba y menos en Birminghan y en Hyde Park, aunque el resultado global fue, ciertamente, satisfactorio: la Iglesia católica británica mostró su gozosa satisfacción, pero no hinchó cifras ni intentó conseguir dividendos”

Como cristiano español, he constatado con admiración y añoranza algunos aspectos de la visita del Papa a Gran Bretaña.

El sugestivo artículo escrito por el primer ministro inglés con motivo del viaje y sus palabras de despedida al pie del avión, reconociendo abiertamente el significado de la religión, del cristianismo y del ministerio del Papa en una sociedad moderna, y su convencimiento de que lo expuesto sería motivo de reflexión para un pueblo cuya fe “es parte de su tejido”.

La acogida elegante y afectuosa por parte del arzobispo de Canterbury y su insólita presencia en la misa celebrada por el Papa en la catedral católica. Ha sido un acto valiente y comprometido por su parte, sobre todo, si pensamos en las recientes disposiciones pontificias con los requisitos para acoger a anglicanos dispuestos a pasar a la Iglesia católica.

El reconocimiento humilde y claro, por parte del Papa, de faltas y delitos graves por parte de algunos católicos.

La exaltación de Newman, converso, pero marginado por Roma y por la jerarquía inglesa hasta que León XIII, apenas elegido, le nombró cardenal.

La presencia atenta y respetuosa de los cuatro ex primeros ministros y de la gran mayoría de los parlamentarios ingleses, a pesar de no ser, en buena parte, católicos y, tal vez, ni siquiera cristianos.

La presentación equilibrada, crítica y autocrítica, de buena parte de los periódicos, y la retransmisión de la BBC de todos los actos, seria, bien informada, con opiniones fundamentadas y respetuosas, incluso en aquéllas más críticas.

Hubo bastante más gente en las calles de lo que se pensaba y menos en Birminghan y en Hyde Park, aunque el resultado global fue, ciertamente, satisfactorio: la Iglesia católica británica mostró su gozosa satisfacción, pero no hinchó cifras ni intentó conseguir dividendos. Buscaron el bien de la religión, no el de las personas.

En el nº 2.723 de Vida Nueva.

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TODO SOBRE EL VIAJE DEL PAPA A REINO UNIDO

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