ASENJO ACIERTA, por Juan Rubio

La decisión del arzobispo de Sevilla equiparando hombres y mujeres en las cofradías ha sido necesaria y valiente. La Iglesia no podía mantener esta medida. Hombre y mujer los creó. Ellas han sostenido mucha vida cofrade. Ellas se merecen este trato. Asenjo les devuelve la dignidad, aunque la suya sea vituperada por ese casticismo sevillano que tanto retrasa la evangelización.

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