Ante todo, independencia

JESÚS SÁNCHEZ ADALID | Sacerdote y escritor

“Muy posiblemente se adelantarán las elecciones generales, porque las propias bases socialistas lo solicitan. Zapatero se irá y nos dejará un regusto amargo y el deseo de que, en adelante, el Gobierno de la nación no sea un simple juego efectista, una sucesión de improvisaciones y la simpleza de la política de las meras apariencias”.

En el contexto de la actual crisis económica, los españoles parecen decididos en una mayoría políticamente significativa a inclinar su voto hacia la derecha, favoreciendo así un cambio en el signo del Gobierno y manifestando su rechazo a los titubeos y torpezas de Rodríguez Zapatero.

Las pasadas elecciones autonómicas y municipales han tenido en este sentido una visible y definitiva importancia, no solo en la construcción de los gobiernos de las distintas comunidades y ayuntamientos, sino también en las filas del propio PSOE, que ya empiezan a manifestar su descontento y a pedir la regeneración del maltrecho partido en la presente coyuntura.

Muy posiblemente se adelantarán las elecciones generales, porque las propias bases socialistas lo solicitan. Zapatero se irá y nos dejará un regusto amargo y el deseo de que, en adelante, el Gobierno de la nación no sea un simple juego efectista, una sucesión de improvisaciones y la simpleza de la política de las meras apariencias: ir al rescate de los fantasmas del pasado, cebarse en un “progresismo” estresante, disfrazar las verdaderas realidades e inventar enemigos. En todo esto, nuestra Iglesia ha recibido su parte de desconcierto y disgusto.

Por eso, ahora que posiblemente gobierne el PP ampliamente, se debe actuar con cautela y no dejarse caer en el mullido colchón de la complacencia. No debe olvidarse que hay intereses bastardos en todas partes y que la neutralidad paciente es un tesoro hoy día.

En el nº 2.761 de Vida Nueva.

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