(Juan Rubio– Director de Vida Nueva)
Al Papa le duele España y lo ha dicho cuando ha habido ocasión de forma suave y propositiva, pero firme en sus discursos de Valencia, Santiago de Compostela y Barcelona. Lo hará también en Madrid, en su encuentro con los jóvenes durante la JMJ y con esos otros jóvenes con los que, aún por confirmar, está previsto que se reúna: jóvenes profesores universitarios en El Escorial y seminaristas en la Almudena. Habrá que estar atentos a esos discursos.
A Benedicto XVI le preocupa que, en España, la fe pierda influencia cultural y universitaria. Le preocupa el déficit de vocaciones sacerdotales y consagradas. Le preocupan los ataques legislativos a la familia, la escuela católica y la vida. Le preocupa nuestro papel de “cabezas de puente” para Latinoamérica y el aumento de un secularismo agresivo. Pero lo que más le preocupa es la forma de remediarlo.
Apelará a la comunión en los obispos, deteriorada por personalismos de viejo cuño. Apelará a ir cerrando las grietas abiertas con los religiosos. Apelará a las formas en el diálogo con los poderes públicos, evitando enfrentamientos. Apelará a una pastoral propositiva y respetuosa en la que la claridad no esté reñida con la caridad.
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- La crónica del director: Diplomacia vaticana en la sociedad líquida
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En el nº 2.739 de Vida Nueva
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