A favor de la educación diferenciada

JUAN GUTIÉRREZ. GRANADA | Leo periódicamente Vida Nueva y sus interesantes artículos. Me ha gustado el debate sobre la educación mixta o diferenciada (nº 2.740). Quiero sugerir a muchos padres como yo que consideren las ventajas de educar a sus hijos en escuelas diferenciadas (separadas por sexos), que, falsamente, se llaman escuelas segregadas, pero que en absoluto producen segregación, pues junto a una escuela de chicas hay otra de chicos y viceversa, con idénticos programas educativos y similar calidad del profesorado.

Chicos y chicas maduran de modo diverso, especialmente en la adolescencia. Por eso, la idea de educarlos en clases separadas cada vez tiene más seguidores. Nuestros hijos e hijas no tienen problemas para salir juntos, ir al cine o, desgraciadamente, irse de botellón… Con tantas oportunidades para generar amistades, los padres estamos preocupados por su formación y queremos que en la escuela estudien… y nada más.

Cuando están separados en clase se mejora la atención y se consiguen excelentes resultados académicos. No conozco ningún chico o chica que haya estudiado en estas escuelas y haya tenido, por este motivo, problemas para encontrar pareja. Pero sí que conozco muchos chicos y chicas que durante la adolescencia han desaprovechado los años de escuela, más preocupados por ligar que por estudiar. Por eso apuesto por este tipo de escuelas para mis hijos. Y me va muy bien.

Pueden enviar sus cartas con sugerencias o comentarios a: director.vidanueva@ppc-editorial.com

En el nº 2.749 de Vida Nueva

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