JUNKAL GUEVARA | Biblista, profesora adjunta al Departamento de Sagrada Escritura de la Facultad de Teología de Granada
“Dos terceras partes de los 875 millones de analfabetos que hay en el mundo son mujeres. Sin la posibilidad de la lectura ven mermada su capacidad para relacionarse, desarrollar plenamente actividades sociales y económicas, educar y cultivar a sus hijos… Pero hay algo todavía más profundo: están limitadas para soñar, inventar, imaginar y hacerlo también en relación a sí mismas”.
Febrero y marzo nos han traído dos exposiciones que tienen como protagonistas a las mujeres. Heroínas se exhibe en el Museo Thyssen de Madrid y Hay más en ti en el de Bellas Artes de Bilbao. En todas ellas las mujeres aparecen en una posición que se considera “fuerte”: activas, independientes, desafiantes…
En Heroínas una sala está dedicada a las mujeres lectoras. De épocas muy diferentes y con formatos o conceptos distintos, todas las obras representaban a mujeres absortas en la lectura.
Quizá porque me gusta mucho leer, y porque estamos en abril, un mes que siempre sugiere lectura, la sala atrajo mi atención especialmente. Una foto de pequeño formato de Anni Leppälä, Reading, me ronda desde que la vi. Representa una niña cuyo rostro queda oculto por una sugerente melena pelirroja. El libro sobre una desnuda mesa y la postura de la cría sugieren, más aún, invitan, a sentarse a leer junto a ella. Y he pensado en el poder de la lectura; y, particularmente, en la fortaleza de las mujeres cuando podemos leer.
Dice la UNESCO que dos terceras partes de los 875 millones de analfabetos que hay en el mundo son mujeres. Sin la posibilidad de la lectura ven mermada su capacidad para relacionarse, desarrollar plenamente actividades sociales y económicas, educar y cultivar a sus hijos… Pero hay algo todavía más profundo: están limitadas para soñar, inventar, imaginar y hacerlo también en relación a sí mismas.
Si la literatura es el lugar donde nadie quiere convencernos de nada, donde somos verdaderamente libres (J. G. Vásquez), ¿qué mejor manera de celebrar la Pascua que comprometiéndonos con la alfabetización de las mujeres? Las que ya somos heroínas, las mujeres que tenemos el poder y “los poderes” que nos concede la posibilidad de leer, ¿podríamos llevar un anuncio de libertad lectora a más mujeres este año? Con ese deseo me atrevo a desear a todos una muy feliz Pascua lectora.
En el nº 2.751 de Vida Nueva.