Shevchuk denuncia la “guerra colonialista” de Putin y pide al mundo: “¡No compren productos saqueados a Ucrania!”

El arzobispo greco-católico reitera que quien compra grano u otras materias robadas “está cooperando con los criminales”

El arzobispo de Kiev, Sviatoslav Shevchuk, quien lidera la Iglesia greco-católica de Ucrania y publica un mensaje diario en el que da a conocer al mundo la situación en su país desde que se iniciara la invasión rusa, dirige una clara petición a “la conciencia de la comunidad internacional” en su reflexión de este pasado jueves 9 de junio: “¡No compren productos saqueados a Ucrania! Porque de esta manera están cooperando con los criminales que han llegado a la tierra ucraniana”.



Para el prelado, entre otras cosas, es evidente que Putin impulsa una “guerra colonialista” en la que, además de “asesinatos y violaciones”, se producen “saqueos” de materias primas ucranianas, como el trigo. De ahí que resulte “especialmente irritante que Rusia exporte y venda en el mercado internacional todo lo que saquea en Ucrania”.

Se repite en la historia

Algo, por cierto, que no es nuevo: “Una vez más en la historia, se intenta convertir a Ucrania en una colonia… ¡Casi en el corazón de Europa!”. De ahí su súplica a los diferentes gobiernos del orbe para que se nieguen a comprar trigo y otros productos robados por Rusia en tierra ucraniana.

En cuanto a la situación del frente tras 107 días de guerra, Shevchuk explica que, “en estos momentos, los combates más intensos tienen lugar en las provincias ucranianas de Luhansk y de Donetsk. También, la mayoría de las zonas del este, del sur y del centro de Ucrania están bajo fuego”.

Gran dolor

Crisis personal y comunitaria que le llena de dolor: “No hay palabras para describir la condición de nuestra población civil en los territorios ocupados. Es simplemente trágica y cada día empeora. Hoy rezamos de modo particular por aquellas personas que están atrapadas en el cepo de los ocupantes y que no tienen ningún otro tipo de ayuda, ninguna otra esperanza más que aquella que se pone en Dios nuestro Señor y en la conciencia cristiana de todas las personas de buena voluntad”.

Con todo, el arzobispo concluye en clave de esperanza: “Gracias al poder y a la gracia de Dios, gracias a los soldados ucranianos, podemos ver la luz del sol esta mañana y podemos elevar oraciones a Dios Nuestro Señor por Ucrania, por su pueblo que sufre y por el mundo entero. (…) Hoy continuamos rezando juntos y clamando al Padre por una cosa: por la paz para Ucrania, por el fin de la guerra. Rezamos por el ejército ucraniano. Rezamos para que el Señor detenga la mano asesina de nuestros enemigos porque Ucrania no solo tiene derecho a defenderse, sino que incluso nuestro enemigo tiene derecho a que se le impida cometer más crímenes”.

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