La Iglesia intercede por las comunidades afrodescendientes e indígenas en riesgo de contagio por el Covid-19 al sur de Colombia

Ante la emergencia que atraviesa el departamento de Nariño –al sur de Colombia–, por causa de la pandemia del coronavirus, los obispos de las tres jurisdicciones eclesiásticas han levantado su voz para pedir al gobierno nacional “una atención urgente, diferenciada e integral“.



Una región golpeada por múltiples factores

Así lo exponen en una carta dirigida al presidente de la República, Iván Duque Márquez, los prelados de las diócesis de Pasto, Julio Prado Bolaños, de Tumaco, Orlando Olave, y de Ipiales, José Saúl Grisales, en la que detallan que ven “con preocupación las afectaciones que viene causando esta pandemia en nuestra Patria y en esta zona del sur del país“, que ya viene siendo “profundamente golpeada en los precedentes años y aún en la actualidad por múltiples factores que atentan contra la vida, la seguridad, los derechos humanos y una existencia pacífica”.

Con relación al impacto del Covid-19, los obispos recogen el clamor de todos los sectores golpeados y, particularmente, de los más vulnerables del departamento, al manifiestan al Presidente que es “urgente fortalecer las medidas en todos los niveles, pues el número de personas fallecidas nos duele, los hombres y mujeres contagiados reflejan el alto riesgo en que nos encontramos“.

En este sentido, la Iglesia apela por “una atención urgente, diferenciada e integral a Nariño“, por parte del gobierno nacional, “dadas las condiciones de ubicación geográfica y la expansión del virus en esta región limítrofe con el vecino país del Ecuador”.

Seis frentes de atención

En su misiva, los prelados de Nariño solicitan al Presidente atender seis frentes prioritarios:

  1. Fortalecer la red hospitalaria, tanto pública como privada”, lo cual implica la inyección de apoyos económicos y el acompañamiento de las autoridades de salud, a fin de “que tenga la capacidad suficiente para atender cualquier emergencia que pueda presentarse”.
  2. Frente al drama que viven los venezolanos que se encuentran en la frontera colombo-ecuatoriana, la Iglesia propone “establecer un tratado binacional de un corredor humanitario para los ciudadanos venezolanos que quieran regresar a su país“, toda vez que “su ingreso indiscriminado a pesar de los controles fronterizos establecidos, son potencial de alto riesgo de contagio”.
  3. Crear un fondo específico de ayuda humanitaria para la zona fronteriza“, particularmente para Tumaco e Ipiales, cuyas poblaciones vienen experimentando el deterioro del intercambio comercial con Ecuador, amén de los efectos de los paros, el narcotráfico y múltiples formas de violencia.
  4. Para garantizar la salud en la región, los prelados solicitan contar con “los elementos indispensables para realizar a tiempo todas las pruebas y tamizajes que sean necesarias para evitar la propagación del virus”.
  5. Entre las poblaciones más vulnerables y en “alto riesgo de contagio” del coronavirus, los obispos piden “atender las necesidades de las comunidades afrodescendientes e indígenas (Awá, Pastos y Quillasingas) presentes en nuestro departamento”, argumentando que su ubicación geográfica y situación de aislamiento se suma a “los frágiles sistemas de salud que poseen, el paso permanente de venezolanos por sus territorios, y la presencia de fuerzas ilegales que generan conflicto en la región”.
  6. Finalmente, la Iglesia expresa su preocupación por el fortalecimiento del sistema educativo, “que en el departamento presenta múltiples falencias y problemas”, de modo que se evite la deserción escolar, y con ello, la exposición de los niños y jóvenes a grupos delictivos y estructuras de narcotráfico que operan en la región.
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