Faera, a la altura de los nuevos desafíos educativos

La Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina eligió nuevas autoridades y se planteó acciones concretas para abordar durante el próximo trienio

FAERA eligió nuevas autoridades y se planteó acciones concretas para abordar durante el próximo trienio

Integrantes de las comisiones directivas saliente y entrante de FAERA / Prensa FAERA

La Federación de Asociaciones Educativas Religiosas de la Argentina (FAERA) sigue caminando y enfrentando los diversos desafíos que implica la educación en el mundo de hoy, en donde no solo las tecnologías son una herramienta nueva y necesaria, sino también en donde las costumbres y las tradiciones sociales y familiares se van modificando. Puede decirse que todo esto es la razón de ser de esta federación.

Es así que durante el primer fin de semana de abril, en el colegio Marianista de Buenos Aires, sus miembros realizaron una jornada de reflexión que dio paso luego a la asamblea anual ordinaria, en la cual se eligió a la nueva comisión directiva. Al terminarse el primer trienio de vida de FAERA, participaron de esta asamblea 47 de los 62 asociados, en un ambiente de comunión y compromiso.

Primero, se revisaron los distintos temas de la federación (Memoria y Balance 2016; Gestión de la Comisión Directiva y Órgano de Fiscalización 2016; Presupuesto 2017; Reglas Operativas de funcionamiento para las Delegaciones de FAERA) que fueron aprobados por unanimidad.
Acto seguido, se eligió a las autoridades de los órganos societarios. Para el período 2017-2020 fueron reelegidos como presidente, vicepresidente y secretario, el lasallano Martín Digilio, el marianista Andrés Tocalini y la misionera Sierva del Espíritu Santo María Cristina Mandali, respectivamente.

Junto con estos miembros, también fueron reelegidos la hija de María Auxiliadora Dora Lucchini como vocal titular, el escolapio Marcelo Benítez como vocal suplente, el palotino Fernando Bello, el lasallano Nicolás Chamorro y la hija de la Inmaculada Concepción Patricia Devitta como integrantes del Órgano de Fiscalización.

Por su parte, los nuevos miembros elegidos son el escolapio Ernesto Herrmann como tesorero, la mercedaria del Niño Jesús Sara Dalzotto y el marista Alberto Aparicio como vocales titulares, y la esclava del Sagrado Corazón Adela Mancuso y el menesiano Benito Fabián Zampedri como vocales suplentes.
Al finalizar la asamblea, Digilio agradeció a todas las personas que en estos tres años han participado de la comisión directiva y de fiscalización. También a todos los asociados, por el compromiso demostrado en estos primeros tres años de vida de la federación. Lo vivido en esos días lo resumió así: “FAERA se construye entre todos y cotidianamente, es un espacio de comunión para el bien de la Iglesia y del país”.

 

Mirando lo que vendrá

Consultado por Vida Nueva, el marianista Tocalini sintetizó los objetivos que alcanzaron durante el trienio recién concluido: “en el primer período los objetivos fundamentales fueron la organización institucional y la representación del sector asociado a FAERA en el contexto de la educación católica y de la educación argentina”.

Hoy, reelegido como vicepresidente de la federación, apunta: “este nuevo período que comienza trae como desafíos consolidar la organización y la presencia de FAERA en el amplio espacio de la educación argentina, continuar con el desarrollo de las delegaciones en el interior de país, profundizar las propuestas formativas a distintos niveles y la consolidación de los espacios de intercambio y construcción conjunta en pastoral educativa”.

Sin embargo, uno de los desafíos que FAERA se propone para el 2017-2020 es la puesta en marcha de la fundación Educación y Misión. Tocalini comentó que esta iniciativa tiene el objetivo de “asumir la gestión de centros educativos de congregaciones religiosas que ya no pueden gestionar esas obras”.

Durante la primera jornada, los miembros de FAERA fueron acompañados por el arzobispo de Rosario y presidente de la Comisión Episcopal de Educación, Eduardo Martín, “quien tuvo palabras y gestos de enorme cercanía hacia nosotros”, definió el vicepresidente de la federación. Luego de compartir un rato de diálogo ameno, el arzobispo presidió la misa que cerraba los espacios de reflexión y daba paso a una intensa asamblea anual ordinaria.

 

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