Jóvenes cofrades: la religiosidad popular tiene relevo

Aumenta el número de jóvenes que dan el paso e ingresan en cofradías

Jóvenes comprometidos y muy alegres, con edades comprendidas entre los 15 y los 30 años, y, en su gran mayoría, con estudios universitarios. Ese es el perfil de los jóvenes cofrades en España, que hoy tratan de reivindicar su sitio en ese universo que aglutina a tres millones de personas en unas 10.000 cofradías y hermandades. Una realidad cada vez más pujante, como lo atestiguan los más de mil participantes que asistieron al IV Encuentro Nacional de Jóvenes de Hermandades y Cofradías (JOHC), celebrado en Palencia el pasado mes de octubre.

“Las cofradías se están dando cuenta de que, para garantizar un relevo que hace unos años parecía imposible, hay que dejar paso a una juventud que está muy preparada y motivada, y hacer que, poco a poco, vaya asumiendo en ellas responsabilidades cada vez mayores”, señala a Vida Nueva Víctor Lafuente, secretario y delegado de Juventud de la Hermandad de Cofradías Penitenciales de Semana Santa de Palencia.

“Ante los difíciles años que vive la práctica religiosa, especialmente en el ámbito de la juventud, las cofradías son muchas veces el último eslabón que les queda a muchos jóvenes con el ámbito religioso, de ahí su gran valor”, sostiene Lafuente, que fue también el director del JOHC de Palencia.

“El que la religiosidad popular arrastre últimamente a tantos jóvenes es porque tiene unos elementos que la hacen muy atractiva”, afirma el sacerdote Raúl Muelas, delegado de Religiosidad Popular de la diócesis palentina. “En muchos casos, les viene de su familia y del propio ambiente de la cofradía que han ido asimilando. También porque en ellas no se atiende solo a la dimensión intelectual de la fe, sino a la afectiva que conllevan algunas tradiciones y rituales. Y ver que otros chavales participan sin complejos en las cofradías también les anima”.

De hecho, el sacerdote reconoce que cada vez hay más chicos y chicas que se acercan a una cofradía sin haber tenido antes contacto con ese mundo. “Los hay que no eran cercanos a la Iglesia pero, movidos por las manifestaciones de esta religiosidad, por las estaciones de penitencia, por las imágenes que salen en procesión, les llama la atención y dan el paso de acercarse a las cofradías”.

En este proceso, la formación es esencial. “Es la gran preocupación de los obispos, consiliarios y responsables de las cofradías”, indica el delegado diocesano. Se trata de acompañar esa “llamada cofrade” de tal manera que el joven vaya madurando en su fe y sentido de pertenencia a la Iglesia.

En todos los encuentros nacionales de jóvenes cofrades desarrollados hasta ahora –Terrassa (2013); Cartagena (2014); Sevilla (2015); y Palencia– la formación es un aspecto central. Y lo será también en la quinta edición, que se celebrará este año en Córdoba. Existen escuelas de formación cofrade y hay diócesis que, como apunta Raúl Muelas, tienen establecido un período de “noviciado”en donde se imparten catequesis con materiales de formación cristianas. “Se trata de partir de la realidad cofrade para ir profundizando y que esta experiencia no sea una realidad descarnada del mundo. La gran preocupación de los pastores es que exista esa formación”, afirma el delegado diocesano.jóvenes cofrades en un encuentro

También “fundamental” le parece el aspecto formativo a Víctor Lafuente, aunque, en muchos casos, “se está errando el enfoque”. Este joven arquitecto, que ha pasado 18 de sus 33 años vinculado a la Hermandad Franciscana de la Virgen de la Piedad, teme que “desde determinados ámbitos se quiera ser demasiado ‘dirigista’ en la formación, con formatos anticuados”.

En su opinión, “no puede programar una formación para el joven cofrade quien no conoce el mundo en el que se mueve hoy en día la juventud: los medios de comunicación, las redes sociales, las nuevas tecnologías…”. Y pone un ejemplo: “Aún no he visto algo que podría ser tan obvio y novedoso como un plan de formación a través de Twitter o de spots audiovisuales. Seguimos anclados en la conferencia, y así no conectamos”.

Junto a esto, reclama más implicación en el gobierno de las cofradías. “Los jóvenes no deben asumir cargos solo para hacer el ‘trabajo sucio’ mientras se marca el devenir de la cofradía sin tenerlos en cuenta”, apunta. Para él, “una auténtica renovación debe venir de la inclusión, tranquila, de las ideas frescas que la juventud puede aportar, siempre desde el respeto a la tradición que da una buena base formativa”.

¿Y cómo ven los jóvenes cofrades que los estatutos prohiban a homosexuales o divorciados, por ejemplo, presidir la Hermandad de Cofradías? El obispo de Palencia, Manuel Herrero, ha anunciado que se revisarán “para que el espíritu de Jesucristo se plasme en los estatutos”. Para Lafuente, a los jóvenes esas cosas “les suenan lejanas”. Él tiene amigos en “situación irregular” en hermandades, pero, dice, no se les ocurre presentarse a presidente porque saben que “la Iglesia tiene sus normas”.

Cantera de vocaciones

El papa Francisco ha convocado para octubre de 2018 la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos para reflexionar sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. “Es una buena noticia”, asegura el delegado de Religiosidad de Palencia, Raúl Muelas, convencido de que los jóvenes cofrades “tienen mucho que aportar a esa reflexión que va a hacer la Iglesia”.

Y no solo porque las cofradías constituyen en muchas diócesis una sólida y estructurada realidad. “También son una cantera de vocaciones”, señala, y cita el caso de Sevilla, recordando el aliento del cardenal Carlos Amigo a las cofradías para que cultivasen la dimensión vocacional de los jóvenes”.

Y encuentros nacionales como el celebrado en Palencia “también ayudan”, afirma quien fue su organizador, Víctor Lafuente. “Cada vez hay más sacerdotes que salen de las filas de las hermandades y las cofradías, puesto que han vivido su iniciación a la fe en ese ámbito”. Por eso insiste en cuidar la programación de estos encuentros y en realizar una oferta atractiva a los intereses de los jóvenes, “que no suelen ser, como se piensa, demasiado banales”.

“El ‘capillita’ nos hace mucho daño”

Pululando en el entorno cofrade es habitual ver a algunos que solo se acercan el día de la fiesta. Y ese día llaman la atención. “Hay un movimiento un poco raro, el llamado ‘capillita’, que hace mucho daño a la imagen que el joven cofrade realmente comprometido proyecta hacia el exterior”, afirma Víctor Lafuente.

“El ‘capillita’ puro es un apasionado por la forma más que por el fondo, un corazón cofrade no comprometido, alguien que picotea. El auténtico joven cofrade es alguien que ha entendido lo que su cofradía o hermandad necesita de él e intenta responder con su trabajo, ideas e implicación a esa llamada”.

“Es verdad que hay gente de un día, el de la fiesta, y luego no vuelve”, reconoce Raúl Muelas. “Pero también lo es que los jóvenes cofrades comprometidos procuran vivir el espíritu de la cofradía los 365 días del año”. En el JOCH de Sevilla, en 2015, los jóvenes, en las conclusiones, invitaban a la autocrítica “para evitar el postureo” y adoptar una postura “de mayor compromiso eclesial”.

Publicado en el número 3.031 de Vida Nueva. Ver sumario

 


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