Paraguay – Despiden al “padre de los pobres”

Falleció Benito Páez un sacerdote que luchó por los derechos humanos, por la democracia y por los más necesitados

La Iglesia paraguaya ha perdido a un gran sacerdote, a un pastor comprometido que trabajó por su gente, preocupado por las almas y por lo que cada día inquietaba a las personas que lo visitaban. El jueves 16 de marzo falleció a los 75 años de edad Benito Páez, un presbítero de la arquidiócesis de Asunción considerado el “padre de los pobres”.

El coordinador de la Pastoral Social, Ricardo González, señaló a la prensa que el padre Benito “fue un luchador en época de la dictadura en Ypacaraí”, acompañando a los opositores al régimen y visitando a los encarcelados por en la dictadura de Alfredo Stroessner.

Con los parroquianos de la Recoleta construyó el Hogar Rosa María, una casa de acogida para adolescentes embarazadas, “su obra material más importante”, según González, entre los que también destacó los salones velatorios para pobres, un comedor en la casa parroquial y otro en el barrio Santa Lucía. También trabajó durante mucho tiempo en los Bañados –que el papa Francisco visitó durante su visita apostólica en julio de 2015–, buscando una solución a la eterna problemática de las inundaciones.
Ordenado sacerdote a los 29 años, estuvo en las comunidades parroquiales de Yaguarón, de San Lorenzo y de Ypacaraí. Luego, por 20 años, fue párroco de la Recoleta. Entre 1988 y 1994 fue referente de la Pastoral Social de Asunción. Culminado ese período, siguió colaborando como asesor.

Entre las personalidades paraguayas que sintieron el fallecimiento de Benito Páez, el senador liberal Miguel Abdon Saguier lo recordó como “una persona de valores y principios democráticos”. Y agregó: “el padre Benito fue un hombre de una gran sensibilidad social y humana”. El ex diputado y miembro del Movimiento Popular Colorado, Luis Becker, resaltó que en época de la dictadura, “fue un incansable luchador por la democracia”.

Por su parte, la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), emitió un mensaje de condolencias en donde destacó el testimonio de Páez como “fiel reflejo de la verdadera imagen del Buen Pastor a quien Dios y la Iglesia encomendaron cuidar de sus rebaños más pobres, perseguidos y carentes de libertad”.

En el comunicado, firmado por Joaquín Robledo, obispo de San Lorenzo y secretario general de la CEP, se resaltó que “su Iglesia y la gente a quien en los momentos más críticos de la larga dictadura supo contener y escuchar, hoy lo recuerdan como una luz de esperanza”.

Todas estas palabras de reconocimiento y estima son las manifestaciones de respeto que se repitieron durante sus exequias y su entierro en Carapeguá, su ciudad natal.

 

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